
Aunque lo peor de la crisis podría haber pasado ya (en términos de actividad y PIB), el impacto sobre el mercado laboral sigue siendo extraordinario. La peticiones iniciales de subsidio por desempleo han superado los dos millones por décima semana consecutiva, según ha publicado el Departamento de Trabajo de EEUU (2,123 millones). Este dato revela que se han destruido 40 millones de empleos en las últimas diez semanas, pese a que la destrucción se ha ido moderando poco a poco, desde los 6,8 millones de la última semana de marzo a los 2,1 de este jueves, los datos siguen superando de forma abrumadora la media 215.000 peticiones semanales antes de la crisis.
Reserva Federal de San Francisco: "La tremenda incertidumbre no nos permite crear un escenario base o probable para pronosticar la tasa de desempleo futura"
EEUU ha decidido hacer frente a esta crisis ampliando la red de seguridad para sus ciudadanos (a través de nuevas prestaciones y subsidios), pero permitiendo que el mercado laboral se ajuste por 'cantidades', es decir, destruyendo millones de empleos. En Europa se ha abogado por un ajuste a través de las horas de trabajo y la suspensión temporal del empleo, lo que 'maquilla' en gran medida los datos de paro. Por ahora, las personas que están recibiendo un seguro por desempleo (no son todas personas paradas ni mucho menos) superan los 21 millones, según el Departamento de Trabajo.
Los datos de desempleo son el reflejo de lo que ha estado ocurriendo en la economía del país. "Todos los indicadores económicos de marzo y abril han sido terribles, pero estamos viendo algunos signos de mejora en los datos de alta frecuencia para mayo", explican desde Danske Bank. Hoy Jueves también se ha publicado que el PIB se desplomó un 5% en el primer trimestre del año, un dato peor de lo esperado.
Aún así, desde la firma Jefferies se muestran sorprendidos porque su índice de datos de alta frecuencia en general, no muestra un repunte decisivo de la actividad ahora que la gran mayoría de los estados han levantado las orden de quedarse en casa. Por ahora, "suponemos que es cuestión de tiempo y seguiremos esperando a las próximas semanas. De hecho, vemos algunos puntos brillantes en varios otros indicadores en tiempo real que no están incluidos en nuestro índice", reconocen los expertos.
No habrá recuperación en 'V'
"Al menos los datos de alta frecuencia sugieren que la sangría se está deteniendo. Aún así, no hay signos de una recuperación en forma de V (solo mejora gradualmente), por lo que la herida está muy lejos de la curación. Una de las señales positivas, al observar los datos transacciones diarias con tarjeta, es que el consumo en EEUU parece estar mejorando poco a poco. Otro aspecto positivo es que la mayoría de las pérdidas de empleo se consideran temporales (desafortunadamente pueden volverse permanentes con el tiempo)", explican estos expertos.
Desde la propia Reserva Federal de EEUU publicaban en un estudio la semana pasada que "la tremenda incertidumbre que rodea a las proyecciones para la trayectoria de la tasa de desempleo en los próximos años, no permite que ningún escenario específico se califique como 'probable'". Normalmente, los estudios de este tipo suelen contar con un escenario probable o base, otro pesimista y otro optimista.
Sin embargo, estos economistas si han creado un modelo optimista y otro pesimista. "En el lado pesimista, si no se produce una oleada de contrataciones sin precedentes a finales de este año y el próximo, la tasa de desempleo podría permanecer en dos dígitos hasta 2021". Desde una perspectiva más optimista, si los cierres en respuesta al virus se levantan rápidamente, y los empresarios aumentan la contratación rápidamente, la tasa de desempleo podría volver a bajar cerca del nivel previo al virus a mediados de 2021, concluyen estos expertos.
Desde Jefferies apuntan a que la vuelta al crecimiento vigoroso dependerá en mayor medidas de las miles de pequeñas empresas que se debaten entre reabrir o echar el cierre: "Las pequeñas empresas, incluidos los restaurantes, se encontraban en el epicentro de la recesión del Covid-19, y su capacidad para volver determinará la velocidad de la recuperación económica".