
La pandemia del coronavirus ha tenido un duro impacto en el mercado inmobiliario de Estados Unidos. Las ventas pendientes de viviendas en el país se desplomaron un 21,8% en abril respecto al mes anterior. Esta es la mayor caída mensual en casi una década. En concreto, desde junio de 2010 (entonces se desplomaron un 30%).
El descenso del mes pasado ha sido mucho mayor de lo esperado por el consenso de mercado (-15%). E incluso ha sido más fuerte que el registrado en marzo, del 20,8%.
Contrasta además con el dato positivo que se conoció el martes respecto a la venta de viviendas nuevas en EEUU, que crecieron un 0,6% en el cuarto mes del año de forma inesperada.