
El índice de precios de consumo (IPC) de Reino Unido se situó en el 0,8% en abril pasado frente al 1,5% del mes anterior, con lo que se coloca en el nivel más bajo desde 2016, ha informado este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
La caída, que se produjo en el mes en que Reino Unido cumplía con el confinamiento por la COVID-19, respondió al descenso del precio del carburante y el diésel.
Desde finales de marzo, la población del Reino Unido empezó a cumplir con las medidas de cuarentena dispuestas por el Gobierno para contener la propagación de la COVID-19.
En abril, los británicos estaban autorizados únicamente a salir de casa para comprar alimentos o fármacos, para hacer un solo ejercicio físico al día o ayudar a alguna persona vulnerable.
"Los precios de los alimentos subieron más rápidamente que los de otros productos y servicios"
El experto en estadística de la ONS, Jonathan Athow, ha señalado que la caída del carburante y el diésel fue la "principal" razón del descenso de la inflación en abril, pero subieron los precios de los juguetes y los hobbies dado que la población intentó buscar la manera de entretenerse ante el confinamiento.
"Los precios de los alimentos subieron más rápidamente que los de otros productos y servicios, aunque los de las verduras frescas fueron los que más ascendieron", añadió.