Economía

Las ayudas directas para la recuperación dividen a Europa

  • Hasta ahora solo se han aprobado préstamos que aumentarán la deuda
  • El paquete final podría retrasarse mucho más de lo esperado...
  • ... mientras el BCE avanza un colapso de la economía de hasta el 15%
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
Bruselasicon-related

El centro de gravedad de la discusión ha cambiado, pero Europa sigue atascada en la preparación del plan de recuperación económica frente al coronavirus COVID-19. Tras días, o incluso semanas, de parálisis por el debate en torno a los 'coronabonos', la pelea en torno a la mutualización de la deuda parece haber quedado atrás. No habrá eurobonos temporales, tabú para media docena de países, entre ellos Alemania y Holanda. Pero los que defendían los 'coronabonos', como España, Italia y Francia, insisten en que al menos que los costes de la recuperación sean compartidos por todos los socios. Nadie es responsable de esta pandemia, y ese es el significado de la solidaridad europea, repiten una y otra vez.

Por ello, los recursos para los sectores y regiones más afectados tienen que llegar a través de ayudas directas a fondo perdido ('grants') no de préstamos blandos, como ha sido hasta ahora con todas las medidas que se han diseñado en la UE.

Una demanda que ha vuelto a dividir a los 27 socios, y que marcará la salida de la mayor recesión que sufrirá el bloque comunitario en su historia. Según el BCE, la caída en la eurozona podría llegar hasta el 15% del PIB.

La propuesta que puso España sobre la mesa esta semana sirvió para superar el bloqueo de los 'coronabonos' y empujar los términos del debate hacia la disyuntiva entre préstamos o ayudas directas. Tras la teleconferencia de los líderes ayer, las líneas divisorias volvieron a quedar claramente marcadas.

La lucha interna continúa

Francia e Italia respaldaron con fuerza la tesis del Gobierno español. Alemania y Holanda se posicionaron en contra. La Comisión Europea, encargada de poner sobre la mesa la propuesta para el fondo, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se quedaron en el medio.

Y habrá préstamos y ayudas directas, pero la cuestión es en qué proporción. El presupuesto comunitario se basa principalmente en ayudas directas, como las que se canalizan a través de los fondos de Cohesión. Los líderes van con retraso en las negociaciones para acordar el marco financiero plurianual para los próximos siete años, que tras el mazazo de la pandemia ahora incluirá también el fondo de recuperación. En total se podría llegar a un montante de unos dos billones de euros, dividido a partes iguales aproximadamente entre el presupuesto plurianual y el fondo de recuperación, aunque la Comisión tendrá que diseñar la propuesta en las próximas dos semanas.

Los que defienden las ayudas directas quieren que no solo lleguen a través del presupuesto comunitario, sino también con el fondo de recuperación. Argumentan que, sin estas transferencias reales a fondo perdido, la deuda se disparará en los países más afectados, los cuales además cuentan con economías en una situación más vulnerable, poniendo en riesgo la estabilidad de la eurozona.

Como advirtió la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, muchas de sus compañías además pueden terminar echando la persiana, dado que sus países tienen menos espacio fiscal para ayudarlas, lo que desequilibraría el mercado común.

"Con todo este esfuerzo se trata de proteger la integridad de nuestro mercado único y nuestra Unión y, si lo logramos, las inversiones habrían valido cada céntimo que pagamos por ellas ahora", dijo von der Leyen ayer tras la tele-cumbre.

El presidente francés, Emmanuel Macron, exigió ayer a los líderes "transferencias presupuestarias reales", porque los préstamos "no son la respuesta correcta".

Para Conte, "las ayudas directas son esenciales para preservar el mercado único, unas condiciones equitativas y para garantizar una respuesta simétrica a un choque simétrico", defendió durante la teleconferencia, según fuentes diplomáticas.

Merkel se mostró dispuesta a incrementar su contribución al presupuesto comunitario, por lo que garantizó que habrá ambos, ayudas directas y préstamos. Pero tanto ella como el holandés, Mark Rutte, defienden que el fondo de recuperación ofrezca préstamos a los países afectados, aunque sean sin condiciones y en unos términos ventajosos.

Aunque este es el principal punto de fricción, no es el único obstáculo que tendrán que salvar. Los líderes también discrepan sobre el montante que resultará necesario. El frente mediterráneo que lidera la respuesta ambiciosa pide entre 1 y 1,5 billones de euros. Pero Berlín y La Haya insisten en que primero se debe realizar un análisis económico del daño económico por países y por sectores, tarea que le ha tocado a la Comisión como parte del diseño.

Los Estados miembros también deberán ponerse de acuerdo sobre los términos de la deuda que emitirían para financiar el fondo de recuperación. España había defendido la emisión de bonos perpetuos, con los que tan solo se pagan los intereses. Un concepto que, sin embargo, fuentes comunitarias ya advirtieron que no pasaría el filtro del frente del norte. En su lugar, en el sur al menos insisten en vencimientos muy largos.

Más dilaciones en el paquete

Todas estas divisiones retrasarán más aún la aprobación del fondo, que ya llegaba envenenado por haber quedado encuadrado en las siempre complicadas negociaciones del presupuesto comunitario. Los socios ya cerraron sin acuerdo la cumbre de febrero sobre las cuentas de la UE. Las limitaciones que impone la pandemia y el sistema de videoconferencias añaden más quebraderos de cabeza.

El acuerdo no se espera hasta finales de año. Rutte apuntó que "resultaría altamente beneficioso que nos pudiéramos reunir en persona". Algo que puede que no suceda hasta junio, o más tarde.

Según Michel, los 540.000 millones de euros en liquidez aprobados para los Estados miembros, empresas y apoyo al empleo deberían ser suficientes para cubrir las necesidades hasta que arranque el presupuesto plurianual el 1 de enero, y con él probablemente el fondo de recuperación. Pero si resultara necesario, tanto él como von der Leyen se mostraron dispuestos a estudiar estímulos adicionales urgentes para salir del agujero, como ya ha demandado Italia.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky