Bruselas. 
El coronavirus continúa extendiéndose por Europa. Los infectados ya superan los 2.100 en 18 Estados miembros, con al menos 38 víctimas mortales contabilizadas. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades elevó ayer la alerta desde "moderada baja" hasta "moderada alta". "Tenemos una situación que es muy compleja", advirtió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien volvió a solicitar "una robusta coordinación a todos los niveles" entre los Estados miembros, para responder de una manera "amplia y coherente" al virus.
Von der Leyen anunció la formación de un equipo con cinco comisarios para coordinar la respuesta al virus, otorgando una importancia especial al flanco económico, dado el impacto en el comercio, las cadenas de suministro o el turismo. El anuncio comunitario llegó justo cuando la OCDE advirtió que la eurozona podría entrar en recesión si la crisis provocada por el virus se alarga.
Con un cuadro que se oscurece cada día más, el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, apuntaló aun más la idea de un estímulo fiscal, que sobrevuela desde hace meses la eurozona. Indicó que "la UE está lista para utilizar todas las opciones si resulta necesario y cuando lo sea, para proteger nuestro crecimiento". Pero el italiano precisó que la posibilidad de aprobar estímulos fiscales por parte de los Estados tiene que ser "muy oportuno", "no puedes adoptarlos demasiado pronto ni demasiado tarde".
Los ministros de Finanzas europeos discutirán este miércoles su respuesta al coronavirus, ya sea desde el punto de vista del apoyo a los sistemas de salud, la emisión de deuda o el impacto en el mercado laboral. Italia, el más golpeado por el coronavirus, anunció el domingo un nuevo paquete económico de 3.600 millones para relanzar una economía ya prácticamente estancada, y que podría entrar en recesión.
El paquete se suma a los 900 millones ya aprobados por su Gobierno también para lidiar con el virus. Roma está bajo el estrecho marcaje de Bruselas para ajustar su gasto, y reducir así su abultadísima deuda pública del 135% del PIB. Pero Gentiloni recordó ayer que el Pacto de Estabilidad permite cierta flexibilidad en situaciones extraordinarias que escapan al control de los gobiernos, como el coronavirus.
Por su parte, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, señaló que la institución continúa "vigilante" y está lista para ajustar "todos sus instrumentos" si resultara necesario para dar alas a la inflación. No obstante, en Fráncfort consideran que la primera línea de defensa tiene que ser la política fiscal.
