
Las próximas semanas serán cruciales para que las empresas de EEUU puedan calcular el impacto real que el brote del COVID-19 va a ejercer en sus operaciones y si el daño será reparable a corto plazo. Si los proveedores del gigante asiático consiguen reanudar la actividad antes de que finalice el primer trimestre del año, las consecuencias serán limitadas. De lo contrario, la necesidad de reubicar cadenas de suministro y replantear las actividades en el mercado chino probablemente hagan mella en los ingresos.
"Muchos equipos de gestión experimentaron interrupciones en la cadena de suministro y disminución de la demanda final. Sin embargo, la incertidumbre en la duración y la gravedad de la epidemia ha hecho que los gerentes se hayan mostrado reacios a proporcionar previsiones para la primera mitad de este año, esperando que el brote tenga un impacto limitado a largo plazo", explica Ben Snider, estratega de Goldman Sachs.
Los directivos de muchas compañías a este lado del Atlántico han citado la cautela del consumidor, las restricciones de viaje y las operaciones en ubicaciones chinas, como factores que afectan tanto a la oferta como la demanda. Como resultado, algunas empresas han trasladado temporalmente sus cadenas a otras regiones alternativas, mientras que otras han avisado sobre retrasos en la producción y escasez de inventario. Es por ello que las próximas semanas serán cruciales para determinar un buen número de variables. Estos incluyen desde el número de empleados que puedan regresar al trabajo después de semanas de cuarentena hasta si las fábricas contarán con las suficientes materias primas para restaurar la producción. Es crucial que tanto el transporte dentro del país como los puertos estén operativos.
El consejero delegado de Tyson Foods, Noel W. White, explicaba a sus inversores que "ha habido interrupciones tanto en la producción doméstica como en los puertos, lo que ha sesgado envíos y cuentas por cobrar". Por su parte, Apple cancelaba sus previsiones para el trimestre en curso y trabaja en planes de mitigación para compensar cualquier pérdida de producción.
Falk Frey, vicepresidente senior de Moody's, indicó que "las ventas mundiales de vehículos disminuirán 2,5% en 2020, reduciéndose así desde la caída del 4,6% en 2019, pero empeorando previsión de un traspiés del 0,9% prevista antes del brote". Las ventas se recuperarán modestamente en 2021, con un crecimiento del 1,5%, estiman desde la agencia. Mientras, minoristas de lujo, como Capri Holdings, matriz de Michael Kors, calculan que 150 de sus 225 tiendas en China continental han permanecido cerradas, y en los establecimientos las ventas se han reducido severamente.