
La Comisión Europea lleva semanas enmendando los mensajes que llegan desde Madrid sobre la preparación de los presupuestos para este año. Fuentes comunitarias ya advirtieron en un primer momento a este diario que no habría ninguna negociación previa antes del envío de los presupuestos para suavizar las metas fiscales.
España tiene que enviar el borrador de las cuentas lo antes posible con el ajuste cercano a los 8.000 millones solicitado. El martes, los responsables económicos de la Comisión volvieron a corregir al Gobierno, al señalar que no existe ningún "acuerdo" sobre la senda de ajuste para los próximos cuatro años.
Preguntado en rueda de prensa, el vicepresidente ejecutivo al cargo de Economía, Valdis Dombrovskis, indicó que "no tenemos ningún acuerdo en este momento" con el Ejecutivo español. Y recordando la rectificación de la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, añadió que la Comisión no tiene que dar su "opinión" en este momento.
"Podremos aportar comentarios más detallados cuando recibamos este plan [presupuestario español]" añadió.
Dombrovskis además advirtió de que el déficit y la deuda se están reduciendo a un ritmo "muy lento" en el caso español, a pesar de los años de robusto crecimiento por encima de la media de la eurozona.
Por su parte, el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, expresó su agrado con que por fin haya un gobierno en España con plenos poderes para aprobar unas nuevas cuentas, y se mostró "confiado" en que se llegará a un entendimiento con Madrid.
La Comisión admite que hay contactos con el Gobierno. Sin embargo, como ya pasara hace un año y medio con las cuentas que encallaron, el diálogo entre Madrid y Bruselas consiste más bien en saber cómo España puede explotar al máximo la flexibilidad del Pacto de Estabilidad, para rebajar el ajuste requerido al máximo, en vez de en fijar una nueva senda de ajuste o nuevas metas fiscales.
Lío en los ministerios
Mientras, en España, el Gobierno de Pedro Sánchez protagonizó una jornada de desconcierto y desmentidos con los mensajes enviados. A mediodía, algunas fuentes del Ejecutivo daban por hecho que el país había alcanzado un consenso con los objetivos de déficit, objetivos pactados para cuatro años, lo que daba la holgura suficiente para la legislatura del dirigente socialista. Poco más tarde, un nuevo teletipo reiteraba esta idea, con las mismas fuentes, si bien matizaba que no podía dar a conocer las metas de déficit que serán presentadas el viernes en el Consejo de Política Fiscal y Financiera en el Ministerio de Hacienda.
A la tarde, y preguntada por este acuerdo con Bruselas, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño enmendaba lo dicho desde el Ejecutivo y explicaba que con la UE siempre ha habido "diálogo permanente", por lo que son conocedores de nuestros datos macroeconómicos. Pero acuerdo –señalaba– no había ninguno. Entre otras razones porque no hay negociación todavía porque todavía no se ha enviado el borrador de Presupuestos. De manera inmediata, y esta vez desde Hacienda, otro teletipo desmentía el acuerdo, reconociendo que la senda que se dará a conocer a las CCAA se incluirá en el plan presupuestario.