
El optimismo de la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, quien la pasada semana tan solo rebajó en una décima la estimación de crecimiento para España en 2019 (al 2,1%) en el marco del Plan Presupuestario enviado a Bruselas, parece no tener imprenta en los institutos de estudios económicos. Después del Banco de España, que redujo el umbral de avance del PIB para este año en cuatro décimas (ver gráfico), el Servicio de Estudios de Mapfre arroja ahora una estimación del 2% para el conjunto del presente año, tras rebajar del mismo modo que el supervisor bancario en cuatro décimas la proyección anterior, producto de un recrudecimiento de los elementos de incertidumbre que amenazan a las potencias desarrolladas.
"Como anticipamos hace un año y confirmamos hace tres meses, desde el segundo trimestre de 2019 se está produciendo un cambio de ciclo que lleva a una desaceleración, que cada vez es más potente y más coordinada entre los países. Pivota sobre dos patas: la dislocación comercial (política comercial EEUU que afecta a todos) y mella en la inversión privada", apunta el, director de Análisis Macroeconómico y Financiero del Servicio de Estudios de Mapfre, Gonzalo de Cadenas.
Sin embargo, el debilitamiento de la economía no se concentra en el presente ejercicio, sino que la prolongación de los elementos fuente de incertidumbre global hará que para el próximo año aún se vislumbre una acentuación de la desaceleración. Así, desde Mapfre también reducen cuatro décimas la previsión de crecimiento para el próximo 2020, situando el avance en el 1,7%. Más allá, el servicio de estudios de la compañía aseguradora apunta que, del recorte plasmado para 2019, "dos décimas se deben a la desaceleración en curso y otra dos a la revisión metodológica del INE".
Con todo, según las conclusiones que arroja el Panorama económico y sectorial 2019, se espera que España siga creciendo apoyada en la demanda doméstica y, especialmente, en el consumo, uno de los pilares del crecimiento que ha experimentado España en los años de la recuperación. Sin embargo, los economistas de Mapfre aseguran que "el deterioro se acentuará en el próximo año, en línea con el resto de la eurozona".
Riesgo político 'electoral'
Además, el servicio de estudio de Mapfre apunta a un riesgo específico para la economía española asociado a la inestabilidad política instalada en el país desde hace ya un año y medio, y que llevará a unas elecciones generales anticipadas el próximo 10-N. "Las previsiones están sujetas a un amplio margen de incertidumbre en función de las elecciones generales del próximo 10 de noviembre", señalan los expertos de la compañía añadiendo que la falta de Gobierno no ha impactado de forma relevante en la actividad económica, "pero si se mantiene este escenario pasado el 10-N, no se descarta que la falta de acuerdo político empiece a pasar factura vía creación de empleo, confianza del consumidor o la credibilidad de ante los mercados de financiación soberana".
Y adheridos a estos riesgos políticos internos, en el entorno de la eurozona, el servicio de estudios de Mapfre pone el acento en la recesión de la producción industrial, "con una tendencia decreciente", y muestra preocupación por la debilidad de la inflación. De hecho, en este contexto, se espera un avance de los precios del 1,1% para conjunto de este año y también para el de 2020.
La recesión espera
Si bien el entorno global muestra tendencias de desaceleración asociadas al agotamiento del ciclo, la intensificación de las incertidumbres globales que emanan de la guerra comercial entre EEUU y China, del Brexit y del retraimiento de los inversores hace que desde Mapfre ya se empiece a considerar un escenario alternativo de recesión.
"La curva de rendimientos a 10 año de una gran mayoría de economías maduras permanece invertida, los beneficios corporativos en EEUU se deterioran desde hace más de 12 meses y la incertidumbre parece estar generando los primeros indicios de drenaje de liquidez en los mercados mayoristas", señala el informe.