Economía

Los 'críticos' de Draghi y del QE II hacen mucho ruido, pero son muchos más los que apoyan los estímulos

  • Alemania, Austria, Países Bajos o Estonia han mostrado su desacuerdo

La batería de estímulos aprobada este jueves por el Banco Central Europeo ha hecho más ruido que otra cosa. Aunque los 20.000 millones al mes se quedan cortos para los mercados, las críticas desde dentro del BCE y desde países como Alemania están haciendo mucho ruido. En las redes sociales se han visto comentarios de analistas tachando de "dictador" a Draghi, pero lo cierto es que la gran mayoría del Consejo de Gobierno apoyó la implementación de las nuevas compras de bonos.

Varios dirigentes monetarios han criticado este viernes las nuevas medidas de estímulo del Banco Central Europeo, expresando dudas sobre la necesidad y la eficacia de un paquete que podría consumir la mayor parte de la munición restante del banco.

Ante un panorama de ralentización prolongada y desinflación, el jueves el BCE bajó los tipos de interés a un nivel aún más negativo y acordó relanzar las compras de bonos sin fijarse una fecha de finalización, lo que dividió al Consejo de Gobierno, órgano encargado de establecer los tipos de interés.

Aunque no hubo votación, fuentes con conocimiento directo del debate aseguran que alrededor de un tercio de los responsables políticos se opusieron a las medidas promovidas por el presidente saliente del BCE, Mario Draghi, un número inusualmente alto para un organismo que normalmente se esfuerza por conseguir el consenso.

Los tratados de la Unión Europea señalan que "el BCE puede llevar a cabo operaciones de mercado abierto y de crédito e imponer reservas mínimas. El Consejo de Gobierno también puede decidir, mediante una mayoría de dos tercios, acerca de otros instrumentos de control monetario". Draghi necesitaba dos tercios de los 25 miembros del Consejo de Gobierno para aprobar el paquete de estímulos, aunque la mayoría le apoyó faltaría saber si se cumplieron estrictamente las mayorías de los tratados de la UE. Fuentes de Reuters aseguran que la oposición fue de algo más de un tercio, lo que daría la razón a los que hablan de "dictadura".

No obstante, los mismos tratados hablan de "la prohibición de la financiación monetaria (artículo 123 del TFUE) que establece límites a la utilización de los instrumentos de política monetaria". Esto impediría al BCE lanzar un 'helicóptero del dinero' para financiar a los gobiernos, pero no dice nada acerca de lanzar otro que dé dinero a las familias directamente.

Las críticas a Draghi

Aún así se han producido varias críticas al italiano y sus defensores: "Este amplio paquete de medidas, en particular la reactivación del programa de compra de activos, es desproporcionado en relación con las actuales condiciones económicas, y hay razones sólidas para dudar de su eficacia", dijo el jefe del banco central holandés, Klaas Knot, quien critica con frecuencia la política monetaria ultralaxa del banco.

Aunque los desacuerdos son frecuentes, los dirigentes del BCE suelen hacer un frente común en público y se abstienen de criticar abiertamente su política.

Knot dijo que la economía de la zona euro está funcionando a plena capacidad, los salarios están aumentando y que las condiciones de financiación son tan favorables que no impiden el flujo de crédito.

"Cada vez hay más indicios de escasez de activos de bajo riesgo, distorsión de los precios en los mercados financieros y un comportamiento de búsqueda de riesgo excesivo en los mercados inmobiliarios", añadió Knot, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, encargado de formular la política monetaria del organismo.

Por su parte, el gobernador del Banco Central austriaco, Robert Holzmann, dijo que le preocupaba que el BCE hubiera cometido un error y que no debería haberse presentado un paquete de medidas tan amplio antes de la revisión de la política monetaria prevista por el banco, que podría incluso hacer que se redujera el objetivo de inflación. "Yo esperaba que el banco lo hiciera (la revisión) antes de tomar esta decisión", dijo Holzmann a Bloomberg TV.

"Puede ser que el 2% en este momento esté fuera de su alcance y el 1,5% también signifique precios estables, precios casi estables. Por lo tanto, no hay necesidad de... utilizar todo el poder del que disponemos para subir hasta el 2% si el coste es demasiado elevado", añadió, refiriéndose al objetivo de inflación del BCE, que se sitúa justo por debajo del 2%.

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