Economía

Christopher Dottie: "Las empresas españolas están menos preparadas para el Brexit ahora que en marzo"

  • "Los Gobiernos lo hacen lo mejor que pueden en medio de la incertidumbre"
  • "La gente no entiende las causas que llevan a otros a emigrar"
  • "Un acuerdo ordenado daría al menos dos años para prepararse"
Christopher Dottie. Foto: eE

Christopher Dottie es un enamorado de España. Ejecutivo de la consultora de personal Hays, es desde hace tres años el presidente de la Cámara de Comercio Británica en España. Esta institución, funada en 1908, cuenta con más de 8.000 empresas e instituciones en su base de datos. Y ahora se encuentra especialmente procupada por los efectos del Brexit sobre las relaciones comerciales entre los dos países, ya que creen que en España las empresas no se han preparado lo suficiente porque "no se pueden creer que el Brexit vaya a ocurrir de verdad". Y la preocupación va más allá: Dottie relata que sus hijos se han planteado obtener la nacionalidad española para poder establecerse aquí, pero que les duele tener que romper con sus raíces familiares. Entre dos aguas, Dottie ofrece a elEconomista.es una visión de la crisis política interminable que envuelve Reino Unido y amenaza a la economía europea.

- ¿Cómo está el ambiente entre las empresas en los últimos días?

Llevan tiempo ansiosas. Aunque en los últimos días hay una sensación de alivio, un rayo de sol entre las nubes. La situación sigue siendo muy difícil, pero la ventaja de los últimos días es que ahora es menos probable que nos estrellemos sin acuerdo en dos meses. Es una pequeña mejora. Al final, llevamos tiempo acostumbrados a adaptarnos. La incertidumbre continuada no es lo mejor, pero es preferible que un desastre a final de octubre.

- Estar tanto tiempo sin saber qué va a pasar es un problema, ¿no?

Es una situación muy negativa. Todos los miembros de la cámara, y las empresas españolas en general están menos preparadas ahora para una salida sin acuerdo que en marzo, porque ya estuvimos cerca de una salida dura dos veces y no pasó. Y lo que los empresarios piensan ahora es que es más improbable aún que sí vaya a ocurrir esta vez.

Las últimas veces, la respuesta a la amenaza fue aumentar los inventarios y guardar productos por si acaso. Una vez que la fecha pasó sin más, empezaron a gastarlos y ahora es más difícil que vuelvan a hacerlo. En general, la incertidumbre hace muy complicado tomar decisiones.

- ¿Están haciendo suficiente los gobiernos español y británico y la UE para preparar a las empresas?

Los Gobiernos están haciéndolo lo mejor que pueden en una situación de incertidumbre en la que nadie sabe qué va a pasar. No tenemos ninguna queja de la comunicación que está haciendo España ni de los protocolos que ha diseñado para informar de los efectos del Brexit.

El problema al final es que si salimos sin acuerdo y eres una empresa que estás vendiendo fruta de España a Reino Unido, y los plazos de transporte suben de dos días a tres semanas, pues ya no tienes negocio y no hay nada que se pueda hacer. Sin saber cuál va a ser la relación de comercio futura, la ayuda que pueden dar las administraciones es muy limitada.

- El sector servicios es uno de los más importantes del Reino Unido y sin embargo no aparece en ninguna de las negociaciones comerciales ni los planes del Gobierno británico para los acuerdos futuros. ¿Por qué nadie piensa en él?

Es cierto, es una situación muy preocupante y peligrosa. Creo que los políticos se están centrando demasiado en el corto plazo. Es verdad que, especialmente si hay un Brexit sin acuerdo, el principal problema es asegurarse de que siga habiendo alimentos y medicinas, que puedan pasar las fronteras y entrar al país. Y cuando tienes ese problema de entrada, nadie piensa en lo demás.

Pero desde la Cámara estamos muy procupados por el medio y el largo plazo. No sabemos cómo vamos a poder atraer el talento que necesitamos, y cómo vamos a entrenar a los empleados necesarios y a certificarlos, que es lo que necesitan los servicios. El problema que tenemos es que todo el mundo está corriendo de un lado a otro en pánico, por lo que los avances que hemos conseguido son muy limitados. Es un tema que habrá que tratar.

"Un Brexit blando, que permitiera seguir en el mercado común, causaría el menor daño."

- Has hablado de las dificultades de atraer emplados con talento. Uno de los argumentos del Brexit fue, precisamente, detener el avance de la imigración europea a Reino Unido, porque el estereotipo que hay de los inmigrantes es el de polacos que vienen a recoger la fruta y 'quitarles el trabajo' a los británicos. ¿Por qué se ha generalizado esa imagen?

Es un problema muy importante. Creo que la clave es que ni los medios ni el Gobierno prestan la suficiente atención a los beneficios de la inmigración. En el Reino Unido en particular creo que nuestros políticos han tendido a no aceptar las responsibilidades por sus acciones y culpar a los europeos de sus problemas.

Por otro lado, los medios tampoco se han molestado en explicarle a la gente la necesidad de abrir la puerta a la mano de obra no cualificada. Por poner un ejemplo. Yo tengo 46 años, soy un alto ejecutivo, y llevo viviendo en España, a la que amo, los últimos 20 años. Pero cuando llegué al país, cuando era joven, no tenía experiencia ni cobraba un salario alto. Cuando alguien se molesta en mudarse a otro país, aprender un nuevo idioma y costumbres, es por algo. Creo que la gente no entiende exactamente las causas que llevan a otros a emigrar. Cuando los españoles van a Londres a trabajar, no lo hacen para hacerse ricos, sino porque les atrae nuestra cultura.

La idea de exigir que los inmigrantes ganen un salario por encima de una cifra concreta, y no baja precisamente, [como pretende la nueva ministra del Interior británica, Priti Patel] es una idea terrible.

- Pero el Gobierno ha decidido que poder cerrar las fonteras es una de las decisiones clave del Brexit...

A ver, volviendo a las negociaciones, nosotros aceptamos el resultado del referéndum. La mayoría de los británicos ha votado a favor del Brexit, y hay que respetarlo. Pero no tenemos pruebas de que la gente votara a favor de detener el libre movimiento de personas, y el hecho de que [la ex primera ministra] Theresa May lo adoptara como una de sus líneas rojas fue un error. Creemos que un Brexit blando, que permitiera seguir en el mercado común, causaría el menor daño. Personalmente me apenaría, pero a nivel profesional, me daría más confianza poder mantener las relaciones comerciales intactas.

Pero por desgracia, la interpretación del Gobierno ha sido que lo que se votó fue frenar la libertad de circulación, y de ahí sale el dilema que es tan difícil de resolver: cómo cerrar la puerta a los inmigrantes y salir del mercado común sin provocar un daño económico enorme. Y no creo que haya ninguna solución clara, como estamos viendo.

"A mí hay personas que todavía me preguntan, '¿pero el Brexit va a ocurrir? ¿De verdad?'."

- El Gobierno actual ha rechazado incluso el acuerdo ya duro de Theresa May, y aun así tiene un apoyo popular importante en las encuestas. ¿Crees que la gente entiende exactamente las consecuencias de una salida sin acuerdo?

No, la verdad es que no. Estamos en una época en la que los partidarios del Brexit, cuando oyen las consecuencias que tendrían sus propuestas, responden acusándote de propagar miedo. La gente que está más informada sobre la UE son las que tienen más contacto con otros europeos o viven en el continente, y votaron en contra del Brexit, mientras que los que votaron a favor son precisamente son los que tienen menos contacto con la UE y su opinión depende más de los medios y de lo que diga el Gobierno, y solo escuchan a los políticos que les dicen que no hay nada de lo que preocuparse.

He visto amigos de amigos que me dicen que "no puedo creer que los diputados estén bloqueando la voluntad del pueblo", y cuando les pregunto qué creen que tendrían que hacer me dice, "Bueno, pues si no hay acuerdo no hay problema, tenemos que mantener esa carta sobre la mesa para presionar". La verdad, como alguien que conoce a políticos europeos, creo que no hay ninguna prueba de que vaya a haber ninguna diferencia en las negociaciones haya o no la amenaza de una ruptura sin acuerdo. Lo increíble es que haya políticos que pretendan controlar sus fronteras y no tenerlas a la vez.

"A las empresas no les gusta el radicalismo, que les digan 'tienes que apoyar este mal para que no vengan los de enfrente y traigan un mal mayor'."

- Volviendo a España, ¿entiende la gente aquí lo que supone el Brexit?

Aquí la gente no está lo suficientemente informada porque todo esto suena tan absurdo, como algo que no puede pasar. A mí hay personas que todavía me preguntan, "¿pero el Brexit va a ocurrir? ¿De verdad?". Es todo tan increíble que los que pueden acabar más afectados no se han preparado lo suficiente porque no se lo pueden creer todavía.

- España es uno de los países que sería más afectados por el Brexit, después de Irlanda. Siendo optimistas e imaginando que al final sale adelante el acuerdo neogociado por May, ya que no parece haber nada mejor sobre la mesa, ¿qué efectos tendría?

Es difícil de calcular, porque después de aprobarse tendríamos que negociar un acuerdo de libre comercio entre ambos, y ahí estaría la clave. Pero de entrada no habría cambios durante dos años de transición, por lo que las empresas y la economía española podría relajarse durante este tiempo. Después ya habría que ver cómo es ese acuerdo comercial y el daño que haría.

El riesgo es importante, porque cada año hay 3.000 millones de euros de inversión británica en España, de los que dependen 200.000 empleos. Aun con un acuerdo comercial, fuera del mercado común se reducirán los flujos de comercio. Sin libertad de circulación, habría efectos al crecimiento personal y la preparación de jóvenes españoles que estudian y trabajan en Reino Unido. Y los millones de británicos que vienen a hacer turismo cada año podrían reducirse, y eso provocaría muchas pérdidas al sector. Pero al menos tendremos tiempo para prepararnos, así que en el corto plazo, el daño a la economía española sería limitado.

- Estos días, la política británica está al rojo vivo y las elecciones anticipadas están sobre la mesa. Tradicionalmente, el Partido Conservador británico había sido considerado el aliado de las empresas. Sin embargo, su actual líder, Boris Johnson, dijo una vez "Que le jodan a los empresarios" en un foro. ¿Qué es mejor para las empresas británicas: un Gobierno 'tory' que vaya a por un Brexit sin acuerdo a cualquier precio o tener al laborista Jeremy Corbyn, un izquierdista duro de la vieja escuela?

Es una buena pregunta. Es verdad que las empresas normalmente no están cómodas con un gobierno socialista de izquierda dura pero tampoco les gustan los cambios radicales al entorno comercial que traería un Brexit descontrolado. Así que las empresas tienen que manejarse entre dos riesgos, y al final hay que apostar por el mal menor. Lo que no es bueno es estar en un escenario político en el que si no quieres un desastre tienes que apoyar otro. A las empresas no les gusta el radicalismo, que les digan "tienes que apoyar este mal para que no vengan los de enfrente y traigan un mal mayor".

La sociedad y la política necesitan crecer, tener al primer ministro y al líder de la oposición peleándose por cuándo celebrar elecciones no es el nivel que se merece el país ni la política europea. Personalmente no sé si hacen falta unas elecciones. Ya tuvimos unas hace dos años, después del referéndum, y no sirvieron de nada. Volver a votar una y otra vez, como puede pasar en España, lo único que hace es radicalizar a la gente y acabar teniendo que elegir entre dos extremos en vez de encontrarnos en el centro. Es un juego muy peligroso. Es mejor que los partidos intenten llegar a acuerdos cediendo en vez de votar constantemente esperando que un partido acabe siendo la fuerza dominante, cuando hace tiempo que eso ya no pasa.

- ¿Volver a votar cambiaría algo?

La verdad es que no. No creo que hayas visto nunca a una Cámara de Comercio pidiendo repetir elecciones porque no les gusta el resultado, creo que hay que respetar la voluntad de la gente. Pero es verdad que durante el referéndum, nunca se dijo que salir de la UE causaría un daño económico. En una nota personal, si el problema es que el Parlamento está paralizado y no logra encontrar una salida para implementar el Brexit, creo que no hay tanta diferencia entre preguntarle a la gente en unas elecciones o en un segundo referéndum mejor diseñado para entender mejor qué es lo que quieren los votantes. El debate que estamos teniendo ahora es el que deberíamos haber tenido hace tres años.

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