
El sector exterior, uno de los mayores contribuyentes a la recuperación de la economía Española tras los años de la crisis económica parece haber tocado techo como acicate para el PIB, lastrado por una guerra comercial entre Estados Unidos y China que amenaza con dinamitar las relaciones mercantiles a nivel global.
Según las previsiones que arroja el consenso de Funcas, las exportaciones de bines y servicios crecerán este año en el entorno del 1,6%, registrando ya una pronunciada desaceleración respecto al año 2018, cuando estas crecieron un 2,3% interanual.
Y más allá, en los primeros seis meses del presente ejercicio, las ventas al exterior han reflejado un máximo histórico en términos de valor alcanzando los 147.408 millones de euros, cifra que implica un crecimiento del 1,7%, el menor en este periodo del último lustro, y que tampoco logra frenar el incremento del déficit comercial.

Un saldo negativo que roza ya los 15.000 millones de euros en lo que va de año, con un incremento del 0,9% en comparación con 2018, y que se ha visto impulsado por unas importaciones que ente enero y junio experimentaron un avance del 1,6% hasta alcanzar los 162.120 millones de euros.
'Remar en aguas revueltas'
Con este panorama de fondo, llama la atención el comportamiento que están mostrando los intercambios comerciales de las empresas de nuestro país con el exterior en este 2019, en términos de destino geográfico, ya que según muestra la evolución de las operaciones con el restos de países de la Cámara Oficial de Comercio, Industria, Servicios y Navegación de España, las exportaciones se están intensificando con las regiones inmersas en el conflicto mercantil internacional. Más concretamente, destaca el aumento del número de operaciones experimentado con Estados Unidos en este año, que han crecido en los primeros siete meses del año un 51,45%, lo que ha hecho que el valor de las exportaciones alcance los 5.800 millones de euros, un 11% más que en el periodo anterior.
Pero no solo con Estados Unidos, la mayor potencia del globo, se han intensificado las relaciones, sino que las exportaciones con las otras dos grandes potencias norteamericanas, Canadá y México -junto con EEUU firmantes del Tratado de Libre Comercio (T-MEC) que sucede al antiguo NAFTA-, también se han incrementado en este ejercicio.
En el caso de Canadá, el número de operaciones con las empresas de ese país se han incrementado un 39% respecto al pasado año, lo que ha supuesto que las mismas se revaloricen un 26% en solo siete meses, hasta los 825 millones de euros.
Por último, con México, el repunte de las operaciones es el más levado de los integrantes del T-MEC, con un alza del 52,7%, si bien en este caso el valor de las mismas se ha visto reducido en un 3%, es decir, se intensifican los intercambios pero con bienes y servicios de menor valor que en el pasado año. Si bien, estas alcanzan la nada desdeñable cifra de 2.180 millones de euros.
De hecho, en el plano del la redirección de las relaciones comerciales en pleno declive del sector exterior, España también ha incrementado sus relaciones con el otro actor de la guerra comercial: China. Las relaciones con el gigante asiático han aumentado en lo que va de año un 16%, al tiempo que el valor de estas mercancías y servicios intercambiadas se ha revalorizado un 2%, hasta alcanzar los 2.600 millones de euros.
Sin embargo, con la región que más han incrementado las empresas españolas sus relaciones comerciales es Rusia, concretamente un 67% en lo que va de año, acumulando un valor de 850 millones de euros, lo que supone un mantenimiento del valor registrado en el año anterior.
Por debajo de la eurozona
En este sentido, el Club de Exportadores e Inversores asegura que el contexto de inestabilidad internacional y de menor crecimiento del comercio mundial no son factores suficientes para explicar la desaceleración de las exportaciones españolas, y atribuye esta falta de dinamismo de nuestro sector exterior a la incapacidad de las fuerzas políticas para crear un Gobierno sólido y estable que encare las reformas necesarias para impulsar la competitividad internacional de las empresas españolas.
Así, si bien los datos del primer semestre de 2019 son mejores de lo que cabía prever en el primer trimestre, los empresarios del sector subrayan que nuestras ventas al exterior están creciendo por debajo de la media de la zona euro (+2,6%) y a tasas considerablemente más bajas que otras economías de nuestro entorno como Francia (+4,8%) o Italia (+2,7).
"El factor clave para impulsar el dinamismo de nuestro sector exterior pasa por mejorar la competitividad internacional de nuestras empresas", asegura Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles. Sin embargo, "la consecución de este objetivo se ve lastrado por la ausencia de un Gobierno sólido y estable que acometa con urgencia una agenda económica que alivie de cargas a las empresas y las dote de mayor flexibilidad", apunta sobre el actual periodo político.
Menos margen para el optimismo dejan las ventas de mercancías a Mercosur (-13,3%) y Oriente Medio (-13,4%). "Nos preocupa la caída de las exportaciones a estas áreas, que tradicionalmente han sido buenos clientes de las empresas españolas", afirma Antonio Bonet. Respecto al acuerdo comercial UE-Mercosur, señala que "a España le conviene que entre en vigor lo antes posible. Es prioritario dinamizar las exportaciones a esa región".