Dentro del carrusel interminable de presentaciones de nuevas versiones y modelos en la recta final de este año tan 'movido' le toca el turno ahora al T-Cross, el pequeño de la familia SUV de Volkswagen.
SUV, todocamino, crossover... el segmento sigue y sigue creciendo, y si el año pasado ya logró el hito histórico de imponerse en ventas a los veteranos utilitarios, compactos, berlinas y demás 'antiguallas', en este 2018 que ya encara su recta final tiene toda la pinta los vehículos elevados tienen toda la pinta de que van a arrasar en los números a 31 de diciembre. Y por si aún quedaban dudas, en estos últimas semanas vamos a asistir al nacimiento de dos peces gordos, como son el SEAT Tarraco por el lado grande, y del Volkswagen T-Cross por el lado pequeño.
El T-Cross es un B-SUV, o un crossover urbano, como queramos llamarlo, con una longitud de 4,11 metros y una altura de 1,56, 5,4 centímetros más largo y 11,2 más alto que un Volkswagen Polo, para que nos hagamos una idea espacial del nuevo modelo. ¿A quién va dirigido? Evidentemente, a un público joven, a un 'piloto' que accede a su primer vehículo, y que directamente da el salto a la carrocería de moda en el mercado en los últimos años.
Exterior: todo a la parrilla

El frontal es sin duda el punto fuerte en el diseño del nuevo T-Cross. En línea con el diseño de los últimos modelos y versiones de la firma alemana – recordemos el recién llegado nuevo Touareg –, saltan a la primera vista el capó y la amplia parrilla del radiador con los faros integrados en los que se apoya. En la trasera, nos fijaremos irremediablemente en una banda reflectora enmarcada en un embellecedor negro que refuerza visualmente la anchura del vehículo.
El T-Cross es 12 centímetros más corto que su hermano inmediatamente mayor, el T-Roc, pero su larga batalla de 2,56 metros lo dota de unas puertas muy amplias, con un espacio interior trasero con tres plazas bien definidas, y un maletero que comprende entre 385 y 455 litros, según se desplace la fila de asientos traseros (hasta 14 centímetros). Esta fila de asientos (en proporción 60:40) se convierte precisamente en un elemento diferenciador entre vehículo de transporte "humano" o de carga, gracias a que su abatimiento, con superficie de carga nivelada, eleva la capacidad interior del T-Cross hasta los 1.281 litros de volumen, récord absoluto en el segmento. El asiento del copiloto también es abatible –como opción– para poder cargar objetos de gran longitud.

Como buen SUV, la posición elevada del conductor resulta evidente y destacada (59,7 centímetros por encima de la calzada delante y 65,2 detrás), y en general el vehículo, para no diferenciarse de sus colegas de segmento, presenta más espacio interior que el que adivinamos a primera vista exterior.
Tres motores
En su lanzamiento, el Volkswagen T-Cross montará tres propulsores turboalimentados: dos gasolina (tres cilindros 1.0 TSI), de 95 o 115 caballos; y un cuatro cilindros 1.6 TDI también de 95 CV. En función del motor, se puede elegir un cambio manual de cinco o seis velocidades o un DSG de siete.

En cuanto a seguridad, el T-Cross dispondrá de sistemas a los que estamos acostumbrados en segmentos superiores, como el sistema de vigilancia Front Assist, junto al detector de peatones, frenado de emergencia en ciudad, asistente de arranque en pendiente, detección de fatiga, control de crucero adaptativo, asistente de luz de carretera 'Light Assist', sistema de aparcamiento asistido, etc. Y aunque en cualquier vehículo de gama medio-alta se le supone, hay que subrayar los altos niveles de conectividad del vehículo, como la presencia de cuatro conexiones USB o el sistema de cierre y arranque sin llave.
El nuevo Volkswagen T-Cross, que llegará a nuestras carreteras en mayo, dispondrá de tres paquetes de equipamiento, denominados 'Edition', 'Advance' y 'Sport', y se producirá, al unísono con el Polo, en la fábrica de Navarra.