
El Salón del Automóvil de Ginebra 2018, que abrió sus puertas al público desde este jueves hasta el próximo 18 de marzo, aglutina las novedades de las marcas, tanto las que llegarán este año como los prototipos que marcan el rumbo a seguir en los años venideros. | Las mejores imágenes del Salón de Ginebra.
Pero, grosso modo, ¿qué idea se puede extraer de lo plasmado en el centro de convenciones Palexpo de la ciudad suiza? Los superdeportivos y los SUV han logrado mantener una presencia significativa en los diferentes stand, y la mayoría de las compañías comulgan con la idea de que el futuro estará marcado por la conducción autónoma. No obstante, los fabricantes parecen no adoptar un rumbo al unísono en el apartado de la motorización.
En este sentido, destaca especialmente las predicciones enfrentadas de Volkswagen y Toyota, primer y tercer fabricante mundial, respectivamente.
Comenzando por el grupo germano, su presidente, Matthias Mueller, aseguró en una entrevista concedida a Bloomberg creer en la "resurrección del gasóleo" una vez que los consumidores "se den cuenta de que las empresas que usan el diésel son ecológicas", en un claro intento de desmarcar en términos generales esta tecnología del escándalo del 'dieselgate'.
Una postura reafirmada posteriormente por Luca de Meo, presidente de Seat -filial del constructor alemán-, quien proclamó que los motores de combustión, tanto de gasolina como de diésel, tienen futuro, pese a la apuesta generalizada de la industria de la automoción por la electrificación de los vehículos.
Si bien, paradójicamente, el grupo alemán presentó a través de varias de sus marcas diferentes concept eléctricos con los que reforzará su compromiso con los cero emisiones a partir de la próxima década. El Volkswagen I.D. Vizzion, el Skoda Vision X o incluso el Cupra e-Racer, el primer eléctrico de la nueva marca amparada por Seat, son algunos de los ejemplos más significativos. Todo ello, impulsado por una inversión de 20.000 millones de euros, que se elevan hasta los 34.000 si se tiene en cuenta las inversiones destinadas a la electromovilidad para las ciudades.
Una postura un tanto contradictoria que también comparte Mercedes-Benz. La firma de la estrella mantiene su esperanza depositada en el diésel para sus próximos modelos, pero lo hace sin renunciar a la hibridación después de que en Ginebra haya dado a conocer su nueva mecánica que combina el gasóleo con la electricidad. De forma paralela, continúa gestando motores 100% eléctricos englobados en la familia EQ e, incluso, está ultimando el desarrollo del Mercedes-Benz GLC F-Cell, el primer modelo híbrido de hidrógeno.
Esta tendencia eléctrica está mucho más próxima a la adoptada por el gigante nipón Toyota, que ha decidido abandonar la producción de turismos diésel en Europa, instando en gran parte por la respuesta de su clientela: en 2017, los vehículos híbridos representaron el 41% de las ventas totales de Toyota Motor Europa (TME), un 38% más que el año anterior, hasta 406.000 unidades; mientras que en 2017 el mix de motores diésel de Toyota en turismos en Europa fue inferior al 10%.
Por tanto, su apuesta pasa por los motores gasolina e híbridos, máxime a raíz de la presentación de la nueva generación del propulsor que debutó con el nuevo Auris y que promete ser tan eficiente térmicamente como un híbrido.
¿Tiene sentido abandonar ya el diésel?
Es cierto que el gasóleo ha experimentado un frenazo a nivel de ventas en Europa, perdiendo un 8% de cuota de mercado en 2017 hasta representar el 44% de los vehículos nuevos del Viejo Continente, por el 50% de los gasolina. No obstante, el diésel sigue suponiendo un importante trozo del 'pastel' del mercado europeo y goza del apoyo de parte de los fabricantes que ven en ello futuro a pesar de las cada vez más exigentes normas de emisiones. Bruselas obligará a partir de 2021 a los constructores a lograr que los coches no superen los 95 gramos por kilómetro, incrementando los costes de elaboración de las unidades de propulsión que permitan cumplir el objetivo y, quién sabe si a tenor la tendencia que marcan las ventas, poniendo en entredicho su rentabilidad.
Entre tanto, en España el pasado mes de febrero la gasolina se situó por delante del diésel, con una cuota del 56,4% frente al 38,2% del gasóleo y el 5,5% de los modelos híbridos y eléctricos. En los dos primeros meses del año, los automóviles diésel también se situaron por detrás de la gasolina, con una penetración total del 39,9%, mientras que los modelos de gasolina se hicieron con un 54,1% del mercado y los híbridos y eléctricos, con el 6%.
Ante tal tesitura, otras firmas como Mazda ha decidido volcarse en el desarrollo de nuevos motores térmicos realmente eficientes, pero sin olvidarse de los eléctricos. Según la firma, en la tercera generación de los motores gasolina Skyactiv en la que ya trabaja, llamada Skyactiv-3, la eficiencia térmica aumenta un 27% respecto a la unidad precedente (Skyativ-X), hasta alcanzar una cifra final del 56%. Esto supone que la cantidad de dióxido de carbono (CO2) derivado de este motor es equiparable a la que genera un motor eléctrico, incluyendo el proceso de fabricación, detalla Mazda. La llegada de este propulsor está prevista para 2019, junto a su primer eléctrico.