Divisas

La incertidumbre en EEUU retrasa la paridad entre el euro y el dólar hasta finales de año

El equipo de divisas de Bank of America Merrill Lynch publicaba su revisión sobre las perspectivas de las divisas más importantes del mundo en un momento en que los inversores lidian con múltiples shocks. Entre ellos destacan desde la devaluación del yuan a primeros de año, acompañado por una reducción acelerada de las reservas chinas, hasta el impacto negativo de las materias primas en la renta variable, las dudas sobre la banca europea o las señales mixtas en EEUU, donde las manufacturas sufren una recesión pero los salarios comienzan a subir.

"A toda esta lista habría que añadir las dudas sobre la eficacia de los bancos centrales, algo evidente tras el fortalecimiento del yen y el euro pese a los mensajes del Banco de Japón y el Banco Central Europeo", explicaba Ralf Preusser, estratega de divisas del banco.

En estas circunstancias, BofAML ha reducido sus expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal a dos subidas de tipos en el conjunto de 2016 frente a las tres anteriormente previstas. De cumplirse este pronóstico, los expertos del banco estadounidense retrasan la paridad entre el dólar y el euro hasta diciembre de este año. Un cambio significativo ya que previamente se estimaba que el euro se cambiaría a 95 centavos de dólar a finales de 2016.

De hecho, las nuevas previsiones no observan que la moneda única europea llegue a cambiarse por debajo del valor del billete verde en la primera mitad de 2017. A partir de entonces, y si las proyecciones de política monetaria del BCE no sufren cambios, el euro volvería a coger fuerza hasta alcanzar los 1,05 dólares en septiembre del año que viene y cerrar el ejercicio recuperando los 1,10 dólares. En el caso del yen, la moneda nipona terminará 2016 en los 110 yenes en su cruce con el dólar y el euro.

Dicho esto, el equipo de estrategas de divisas de BofAML observa riesgos que podrían destartalar sus proyecciones en los próximos meses. "En estos momentos, un deterioro de los datos económicos en EEUU podría empeorar las cosas", señaló el informe, donde también se incidió en que una mejora de las perspectivas, especialmente a este lado del Atlántico, podría impulsar de nuevo al dólar, incrementando la posibilidad de nuevas fugas de capital en China. "El euro puede permanecer muy por encima de la paridad si el BCE falla a la hora de implantar nuevas medidas de flexibilización este año", reiteró el documento. Si los riesgos se materializaran, la moneda única podría cerrar el año en los 1,15 dólares, el dólar tocar los 100 yenes y la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EEUU caer hasta el 1,4%.

En su última encuesta entre administradores de fondos globales, BofAML determinó que las expectativas de crecimiento y beneficios son negativas por primera vez desde julio de 2012. El saldo en efectivo medio aumentó hasta un 5.6%, el nivel más alto desde noviembre de 2001. Los gestores consideran que la posibilidad de una recesión en EEUU desplaza a la desaceleración de China como el mayor riesgo de cola para los inversores globales. Eso sí, Michael Hartnett, estratega jefe de Inversiones de BofA Merrill Lynch Global Research aseguró que en estos momentos los inversores "ven una recesión como un riesgo más que como una realidad".

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