
La situación del CF Reus ha dado un paso más este viernes al dictar el juez de Disciplina Social de LaLiga que el club catalán podrá seguir compitiendo en Segunda División. Sí que se le ha prohibido a su directiva tramitar nuevas fichas así como ocupar cargos en la patronal del fútbol español, mientras que doce jugadores se mantienen en el equipo a los que se les unen nueve futbolistas del filial para jugar este fin de semana contra el Málaga. Once jugadores del Reus cobran sus deudas atrasadas.
La temporada 18/19 de Segunda División finalizará con 22 equipos salvo un vuelco inesperado en la situación económica del Reus. El conjunto tarraconense sigue en una situación límite a la espera de encontrar un nuevo dueño, pero mantiene el mínimo de doce fichas exigidas (cinco se desvincularon la pasada semana), eso sí sin que personal y técnicos hayan cobrado todavía.
El pasado 29 de diciembre LaLiga solicitó al juzgado de Disciplina Social medidas contra el Reus por la situación de impago que lleva viviendo toda la temporada. Sin embargo, contrario a lo exigido por Tebas de expulsar al club de la competición, el juez ha dictaminado que esto iría contra los propios futbolistas y su situación, aunque sí impide que puedan llegar refuerzos externos en el mercado de invierno o los miembros del club ocupen cargos directivos en otros órganos.
De esta forma, el primer equipo viajará a Málaga para enfrentarse al conjunto andaluz este domingo en la misma situación de urgencia que ya vivió antes de navidades. A falta de convocatoria oficial de Xavi Bartolo, podrían estar once jugadores que vienen participando en lo que va de campaña más nueve canteranos. Además, hay otros dos futbolistas en el club, Karim Yoda e Isaac Cuenca, que están pendientes de resolver su situación pero son indispensables para el mínimo de fichas exigidas para participar.
Bartolo deberá salir con, al menos, siete jugadores del primer equipo, requisito indispensable en la normativa de LaLiga, para que no se considere alineación indebida. Mientras tanto, David Querol y Jesús Olmo, dos de los pesos pesados del vestuario, siguen sin cobrar su salario y si no reciben su nómina antes del 8 de enero quedarán libres para negociar con cualquier equipo extendiendo más la urgencia del Reus.
Por su parte, el dueño Joan Oliver sigue sin comparecer en los entrenamientos de su primer equipo y mantiene sus declaraciones de que "necesitan vender rápido el club". La directiva que él comanda lleva desde septiembre sin pagar a sus jugadores, técnicos y empleados acumulando una deuda de de 5,6 millones de euros de la cual la mayor parte es a corto plazo. La posibilidad de un comprador oriental que se intuía que podía ser Peter Lim a través de Jorge Mendes se ha esfumado y el club continúa con una urgencia que le llevará a final de temporada a descender administrativamente de categoría.