La situación económica del Reus sigue dando que hablar, pese a que esta semana ha comenzado el pago a parte de la plantilla. El conjunto catalán ha asumido las nóminas pendientes de 11 jugadores, pero el hecho de desprenderse de un futbolista junto con la prohibición de LaLiga de no poder fichar en enero y la manutención del expediente disciplinario, hace que el club se mantenga en la incertidumbre con un futuro descenso administrativo muy garantizado.
El CF Reus seguirá disputando la Segunda División, al menos de momento. La semana crítica que se vivió en Tarragona con el desconocimiento de si el encuentro ante el Córdoba sería el último de la historia del club, desembocó en el anuncio del dueño, Joan Oliver, de que pagaría todas las deudas a los jugadores.
Así, comenzando por los 12 futbolistas que denunciaron su situación (máximo que permite LaLiga), el conjunto catalán ya ha pagado a 11 de ellos, mientras que con el duodécimo ha decidido no asumir su nómina para que así quedase libre y se desprendiese del equipo. Este es el caso de Tito Ortiz, quien este jueves ha comparecido en rueda de prensa en el bar adyacente al Camp Nou Municipal (el club no le ha permitido hablar en las instalaciones de su propiedad) junto al resto de sus compañeros, que le han arropado ante esta difícil situación.
"Lo que está viviendo este equipo no se lo merece. A nivel personal me siento maltratado. Que me quedara sin ficha es un problema que generó el mismo Reus y que llevemos tres meses sin cobrar es un problema que ha generado el mismo Reus. El equipo, en cambio, ha competido con mucha dignidad hasta ahora. Ha dado la cara siempre", ha dicho un Tito que lleva sin jugar desde verano cuando el club no le pudo inscribir por sus problemas económicos.
El ya ex de los tarraconenses es una de las consecuencias directas de que el club no vaya a poder fichar en enero, pues para hacerlo deberían liquidar todas sus deudas con el mediocentro. Además, tras Tito, también tienen pendientes los pagos con otros siete futbolistas (dos cedidos y los cinco más veteranos). Todos ellos se acogerán a la rescisión exprés que ya pidieron los 11 que han cobrado y falta por saber si el club asume sus nóminas, pues necesita un mínimo de 12 fichas para seguir compitiendo.
Mientras tanto, técnicos y personal siguen sin comprar por parte de un dueño que se tendrá que reunir próximamente con los capitanes para valorar la situación actual. El propio Joan Oliver dejó caer una posible venta y se especuló con que Jorge Mendes y Peter Lim estaban detrás del nuevo accionariado, pero los jugadores, según El Periódico, "desconfían de un cambio de inversor" y "se sienten engañados".
Una circunstancia insostenible para una plantilla que sigue siendo profesional y disputando todos sus partidos pese a la situación económica. Este fin de semana se enfrentarán a Osasuna, pero el hecho de que siga abierto el expediente disciplinario por falta muy grave acabará al final de temporada con un muy seguro descenso administrativo. El tiempo y la paciencia para la afición hace tiempo que se agotó.