El Barcelona ha corregido sus presupuestos para el curso 18/19 que ya ha terminado. Y, analizados los datos, la entidad culé tiene motivos de preocupación, puesto que después de ocho años de beneficios consecutivos el modelo empieza a dar señales de agotamiento. Los ingresos no dejan de aumentar, pero también los gastos.
Es el ejercicio económico que ya ha terminado uno de extremos para el Barcelona. Ha cerrado con los mayores ingresos de su historia, 990 millones de euros, pero también con la mayor cifra de gastos, que alcanzan los 973 millones de euros. Esto ha dejado los beneficios tras impuestos en 4,5 millones de euros, muy por debajo de los logrados en cursos anteriores. De hecho, ya son tres las temporadas en las que el beneficio disminuye, desde que en la 15/16 alcanzase los 29 millones de euros. En la 16/17 pasó a 18 y en la 17/18 fueron de 13.
Este beneficio después de impuestos se reduce justo en la época de mayor crecimiento en materia de ingresos. Porque, si bien en la 16/17 el Barcelona los aumentó en un 4,2%, en las dos siguientes lo hizo un ritmo superior: en un 29% (influido por la venta de Neymar) y en un 8%. En los dos últimos cursos, el aumento de los ingresos ha sido de un 28%, de 708 a 990 millones de euros.
Y si el Barcelona combina sus mejores datos de ingresos con los peores de beneficios tras impuestos es porque la partida de ingresos también se ha disparado.
El gran cambio, a la par que en la cuenta de ingresos, también se dio en el curso 17/18, cuando reaccionó con dos fichajes como los de Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho a la marcha de Neymar. En ese curso aumentó un 30% (de 677 a 882 millones de euros), una tendencia que se confirmó esta temporada con un 10,3%, hasta los ya nombrados 973 millones de euros. El crecimiento combinado en los gastos de los dos últimos ejercicios queda en un 43%.
Hay, en este punto, un aspecto a destacar. Los salarios de los jugadores se han consolidado como un problema casi crónico en el club. Convertido en el curso 17/18 (según los datos de KPMG) en el primer equipo que superó los 500 millones de euros de salario, tuvo un límite salarial para la 18/19 de 632 millones de euros y ha flirteado en ocasiones con el límite que recomienda la UEFA y que habla de que esta partida no debe superar el 70% del presupuesto total.
Las tensiones de tesorería que sufre el equipo catalán son ya más o menos conocidas por los acontecimientos del mercado futbolístico. Este verano sirve de ejemplo: tras un cierre de ejercicio que se cuadró gracias al trueque de porteros con el Valencia, el Barça tuvo que recurrir a un préstamo y al factoring para poder acometer el pago de la cláusula de rescisión de Antoine Griezmann.
Así pues, las cuentas son claras. Los gastos crecen de manera más rápida que los ingresos, lo que a su vez ha ido recortando los beneficios dejándolos en cifras mínimas en los últimos ocho años. Lejos queda el curso 11/12, en el que la entidad blaugrana consiguió 49 millones de euros de ganancias tras impuestos.
El objetivo de la directiva sigue siendo el mismo: superar los 1.000 millones de euros de presupuesto. Esto se podría cumplir un año antes de lo previsto, en el curso 19/20. La dinámica que han seguido los presupuestos del club lo convierten ya en un mero trámite. Pero la entidad ha de hacerlo de manera sostenible.