Madrid
La Cumbre del Clima COP25, que se celebra en Madrid, arrancó el pasado lunes 2 de diciembre. Ahí, una de las figuras que más relevancia tendrá entre sus 25.000 asistentes es la de Greta Thunberg. La activista sueca, de 16 años, inició un camino en catamarán desde Estados Unidos el pasado 13 de noviembre y aunque le ha sido imposible llegar para el inicio de la cita, sí que estará los días siguientes pues ya ha desembarcado en el puerto de Lisboa desde donde se trasladará hasta la capital española el próximo viernes. ¿Cuánta agua cuesta la comida? Así es la huella hídrica que amenaza a la Tierra.
No es habitual ver a una adolescente plantar cara a los grandes líderes mundiales. Por ello, Thunberg ha creado expectación y se ha erigido como la gran figura de la conferencia del clima que Madrid acogerá en sustitución de Chile, al renunciar el país sudamericano por la ola de protestas que vive debido a la crisis política y social. Pero antes de llegar a la capital española, la activista tendrá que superar una travesía complicada en el Atlántico norte por las circunstancias climatológicas y por hacerlo en un catamarán con poca tripulación.
Contraria a viajar en avión, debido a las altas emisiones de gases de efecto invernadero que emiten, Greta tuvo que solicitar una embarcación para trasladarse desde Hampton (Virginia), donde se encontraba en su viaje a Santiago de Chile, hasta Madrid. Una tarea que no le fue fácil y para la que el Gobierno español tendió su mano porque "genera preocupación, abre mentes y mejora la acción climática".
Pero tras días solicitando colaboración, la sueca encontró la ayuda necesaria en una pareja de navegantes australianos. Riley Whitlum y Elayna Carausu viven, desde 2014, en el catamarán La Vagabonde, de 48 pies (algo más de 14 metros), junto a su hijo de once meses y se dedican a retransmitir sus viajes por los mares de todo el globo a través de YouTube donde tienen casi dos millones de seguidores.
Junto a ellos, su padre Svante Thunberg y la navegante profesional Nikki Henderson, la activista consiguió poner rumbo a la Península Ibérica el pasado 13 de noviembre. Desde entonces, Greta es quien da voz a sus aventuras mediante sus redes sociales, ya que los dueños de la embarcación han dejado de poner contenido en su portal. Eso sí, a través de la web Saliling-LaVagabonde se puede consultar, en directo, por dónde navega y en qué condiciones.
So happy to say I'll hopefully make it to COP25 in Madrid.
— Greta Thunberg (@GretaThunberg) November 12, 2019
I've been offered a ride from Virginia on the 48ft catamaran La Vagabonde. Australians @Sailing_LaVaga ,Elayna Carausu & @_NikkiHenderson from England will take me across the Atlantic.
We sail for Europe tomorrow morning! pic.twitter.com/qJcgREe332
"Hemos tenido que desacelerar el catamarán para evitar un clima duro por delante, pero ahora estamos de nuevo a toda velocidad. Con suerte llegaremos a Lisboa (Portugal) a principios de diciembre", manifestó Thunberg a sus seguidores el pasado 20 de noviembre en el que fue su segundo mensaje avisando de malas condiciones desde que partió. El otro, al segundo día y tras superar la corriente del Golfo que se traslada desde México hasta el Atlántico norte.
Ya navegado todo el Atlántico y desembarcado en el puerto de Doca de Alcantara. Greta Thunberg descansará en Lisboa unos días, tal y como ha reconocido ella misma, para luego poner rumbo a Madrid el viernes en un tren-hotel. Aunque en un primer momento se pensaba que viajaría a la capital española durante la noche del martes al miércoles, habrá que esperar al viernes 6 para ver a la sueca por las calles de Madrid. Entonces hay una marcha programada contra la "crisis climática" que Thunberg liderará como su primer acto oficial en la Cumbre.
Sea como fuere, el Gobierno ya se prepara para recibir a "un referente importantísimo para la sociedad" en la Cumbre del Clima de Madrid. Una cita que arrancará el 2 de diciembre y aunque no se espera que para entonces esté Greta Thunberg, sí que se confía que acuda los días previos a su clausura el día 13 del mismo mes. Ante un Ifema con casi 25.000 asistentes, la joven activista dará en la capital un nuevo "grito de conciencia" contra la crisis climática.
