El BBVA ha revisado al alza su previsión de crecimiento para la economía catalana en 2015, que sitúa ahora en el 3,2 por ciento mientras que augura para 2016 un aumento del 2,5 por ciento del PIB, lo que se traducirá en la creación de 200.000 puestos de trabajo en estos dos años. Estos datos aparecen reflejados en el nuevo número de la publicación Situació Catalunya, la revista que elabora BBVA Research sobre la situación y perspectivas de la economía catalana.
La caída del precio del petróleo, la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo, la depreciación del euro y el dinamismo de la demanda interna son los principales factores que explican la revisión al alza del crecimiento del PIB. Según el economista jefe de España de BBVA Research, Miguel Cardoso, en clave interna, también destaca el buen comportamiento de la demanda y, en concreto, del consumo privado, tal y como se percibe en las ventas de vehículos y de productos minoristas. También muestra síntomas de aceleración el turismo interno en Catalunya. Finalmente, la mejora de la competitividad de las empresas catalanas contribuirá también a recuperar el impulso de las exportaciones de bienes y a mantener el buen comportamiento del turismo.
Los 200.000 puestos de trabajo que BBVA prevé que se crearán en Catalunya entre 2015 y 2016 dejarán el número de empleados en 3,25 millones y hará bajar la tasa de paro alrededor del 20 por ciento, un porcentaje que, según Cardoso, continuará siendo muy alto. En este sentido, recordó durante la presentación del informe que, con estas previsiones al alza, a finales de 2016 apenas se habrán recobrado entre un 40 y un 50 por ciento de los puestos de trabajo perdidos durante la crisis.
Sin embargo, más a largo plazo, el economista jefe de España de BBVA Research ofreció su "opinión personal" sobre el futuro del mercado laboral catalán a medio plazo. Considera que el mercado laboral catalán empezará a notar los efectos del crecimiento del empleo y el envejecimiento de la población hacia "el año 2020", lo que "puede ser un lastre" para la economía catalana en un futuro. La escasez de mano de obra cualificada podrá llevar en algunos casos "al alza de los salarios" lo que repercutiría en los costes laborales de las empresas. Ante este problema demográfico, la solución pasa por una nueva ola inmigratoria o por el retraso de la edad media de jubilación entre los trabajadores actuales.
La 'renta per cápita' de 2008 se recuperará en 2016
Pese a la elevada tasa de paro, el informe de BBVA señala que la renta per capita de los catalanes habrá llegado a finales de 2016 al nivel de 2008, antes del estallido de la crisis, lo que se explica por la desigual distribución de los efectos negativos de la crisis. "El tamaño de los desequilibrios creados apuntan a que el proceso de recuperación será lento, para conseguir que se filtre a todas las capas de la sociedad", alertó Cardoso. En este sentido apuntó que esta recuperación del PIB per cápita a los niveles pre crisis llegará a Catalunya algo antes que al conjunto de España, según ha destacado Cardoso. La fuerza de la economía catalana se plasma en factores como los siete trimestres consecutivos de crecimiento de su PIB, que son seis además creciendo por encima de la media de la Unión Europea.
Entre los riesgos, el informe destaca la incertidumbre del calendario electoral catalán y español que puede afectar a la velocidad con que se implementen las reformas necesarias e incidir en la actividad de los próximos años. Sin embargo, Cardoso relativiza estos riesgos internos derivados del contexto político, como sería el debate soberanista, al asegurar que el escenario económico "delimitará la percepción de riesgo". "El impacto será mínimo". Más preocupante parecen las incertidumbres creadas por la crisis griega, las tensiones geopolíticas relacionadas con el conflicto en Ucrania o la incertidumbre del impacto de la política monetaria de la Reserva Federal sobre los países emergentes.
Por otra parte, el informe prevé que el déficit de la Generalitat de Cataluña se acerque al 2 por ciento en 2015, cuando el límite marcado por la Comisión Europea, es el 0,7 por ciento, lo que "mantendrá las incertidumbres sobre las cuentas públicas catalanas". Según Miguel Cardoso, las comunidades autónomas aún no han visto reflejadas en sus cuentas el crecimiento de la economía debido a las particularidades del sistema de financiación, por lo que la reforma del mismo es uno de los principales puntos que deberá acometer el próximo gobierno que salga de las urnas a finales de este año.