La patronal Foment del Treball ha recibido de manera agridulce la aprobación este jueves de los Presupuestos de la Generalitat para 2022, reprochando al Govern que lastre la competitividad fiscal de la región con más impuestos en un momento en el que los empresarios defienden lo contrario para favorecer la recuperación de la crisis de la pandemia.
La entidad presidida por Josep Sánchez Llibre celebra el aumento presupuestario general y que se duplique la partida de inversión pública, pero critica que se haya traducido en un insuficiente apoyo al sector productivo, tanto en materia tributaria como en políticas de apoyo, en donde pone un ejemplo ilustrativo.
De los 42.169 millones de euros de presupuesto total, únicamente se dedican 43 al desarrollo empresarial y 70 a industria (que se eleva en 20 millones con el último acuerdo parlamentario para la aprobación final de las Cuentas) es decir, que en términos relativos se destina a estos ámbitos solamente el 0,2% del presupuesto del conjunto del sector público.
En el ámbito fiscal, la patronal incide en que no se entiende que deban de aumentarse los ingresos con nuevos impuestos, o que se hagan cambios al alza en algunos tramos de la tarifa del IRPF, cuando los catalanes ya son los que más tributos propios y presión fiscal soportan.
Además, señala el riesgo de "perder posiciones competitivas" en sectores tan importantes como el turístico y exportador, por un lado, y el sector agroalimentario, por otro, con la creación del impuesto sobre las emisiones portuarias de grandes barcos, y del impuesto sobre alimentos ultraprocesados, respectivamente.
Adicionalmente, también se quiere activar un impuesto sobre las actividades económicas que generan gases con efecto invernadero, que afecta a la producción, y que "puede desviar actividades nuevas hacia otros territorios en momentos en los que hay que apuntalar y reforzar la inversión y la atracción de actividades para generar empleo".
Además, muchas de estas empresas están comprando en los mercados las emisiones de CO2, con lo que la entidad lamenta que "posiblemente se vean penalizadas doblemente, y en momentos en los que el precio del CO2 en los mercados internacionales se ha incrementado de forma destacada, y que explica, en parte, el fuerte aumento del precio de la electricidad".
Foment del Treball también muestra su preocupación por la regresión del modelo de colaboración públicoprivada, con la vuelta a gestión pública de los teléfonos de atención ciudadana 061 y 112 y la apuesta por la remunicipalización del servicio de abastecimiento de agua: "Entendemos que irá en contra de sus usuarios, y que rompe con el modelo catalán de colaboración públicoprivada, que funciona tan bien".
Tampoco ve realistas las previsiones de crecimiento macroeconómico que auguran las Cuentas catalanas, con un 6,4% de avance del PIB en 2022, debido a la reactivación de la pandemia, por la que los grandes organismos ya están revisando sus expectativas a la baja.