Los nuevos casos de Covid-19 se fueron sucediendo en las últimas semanas en la ciudad de Lleida y su área de influencia -la comarca del Segrià, con 200.000 habitantes- pero no fue hasta alcanzar la cifra de 4.030 contagios que la consejería de Salud de la Generalitat decidió actuar decretando el pasado sábado su confinamiento de manera improvisada. El Govern ha admitido ya que la cifra de contagiados va a seguir subiendo en los próximos días.
Con su actuación, Torra en esta gestión ha faltado a sus responsabilidades como le recordó ayer el doctor Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). Simón considera que la Generalitat debería haber "tomado antes" la decisión de confinar Lleida y advirtió que si no se actúa de forma razonable, se tendrán que adoptar "medidas supracomunitarias" o "medidas de Estado".
Pero con el brote al alza, los responsables de Salud en Cataluña desestiman entrar en la aplicación del modelo de fases para controlar la expansión del virus porque lo considera "obsoleto". Pero lo cierto es que dos días después de decretar el confinamiento la consejera Vergés habla de que "no descarta nada" y admite que los positivos de los siete últimos días son "bastante más elevados" que los de la semana anterior. De hecho, el pasado viernes, los datos demostraban que el día 22 de junio había ingresadas seis personas en planta y cuatro en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y ahora son 21 en planta y seis en la UCI. Sólo entre el miércoles y el jueves pasado el incremento fue de 188 nuevos casos.
La situación se ha descontrolado y son muchas las críticas a la gestión de la desescalada y la vuelta a la normalidad desde el levantamiento del estado de alarma. Además, la consejera Vergés ha perdido a su mano derecha en la gestión de la pandemia, el secretario de Salud Pública. Joan Guix, que dejó el cargo el 2 de junio aduciendo razones de salud, una renuncia que se produjo después de que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, pusiera toda su confianza para la gestión del Covid-19 en el infectólogo Oriol Mitjà. Desde la marcha de Guix, el puesto está vacante.
Una dudosa gestión que incluso ha llevado al Govern a plantearse la posible rescisión del contrato para el rastreo de los casos de personas afectadas por el Covid-19 que realizan una empresa del grupo Ferrovial para el Departamento de Salud.
A la campaña que empieza en mayo, se añadió la crisis económica y laboral y la llegada de temporeros
La Generalitat vio como los casos positivos se incrementaban en Lleida desde el pasado 25 de junio de forma exponencial, pero no actuó hasta que la situación se ha desbordado. Los brotes de contagio se han detectado en cuatro empresas frutícolas, una empresa agroalimentaria, un geriátrico, una comunidad de vecinos y un hostal en el que se atiende a personas sin hogar.
Esta zona leridana atraviesa desde hace años por un problema endémico debido a la complicada gestión de la avalancha de temporeros, la mayoría inmigrantes, que se desplazan allí para trabajar en la campaña de recogida de la fruta. Un trabajo que tiene unos déficit que ya vienen siendo estructurales, como la falta de alojamiento porque no todas las empresas lo ofrecen y la administración no habilita pabellones suficientes y con las medidas de higiene necesarias.
Pero este año, a la campaña que empieza en mayo, se añadió la crisis económica y laboral y la llegada de temporeros -muchos de ellos sin papeles- fue masiva. Estas personas pese a que no pueden acceder a un contrato laboral se quedan en Lleida a expensas de que alguien les dé trabajo de forma ilegal a cambio de sueldos muy bajos. Circunstancia que los sindicatos llevan semanas alertando y quejándose de la despreocupación de la consejera de Agricultura, Teresa Jordà.
Más positivos en Barcelona
En Barcelona, los casos positivos por Covid-19 también se han disparado en los últimos siete días. La concejal de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Gemma Tarafa, confirmó ayer que en la última semana se han detectado 158 casos Covid-19 positivo por PCR, respecto a la semana anterior, en la que se detectaron 90 casos. Tarafa aseguró que este aumento "no tiene nada que ver" con la situación de Lleida.