
Cataluña está sufriendo una lluvia de Expedientes de Regulación de Empleo (Erte) desde el inicio del estado de alarma a mediados de marzo -más de 80.000- que han dejado a más de 600.000 trabajadores sin empleo por tiempo indeterminado. Ciudadanos y empresas viven una oleada de incertidumbre sobre cuándo se restablecerá la normalidad, mientras solo siguen trabajando los sectores esenciales.
Ya antes de marzo, la cancelación del Mobile World Congress se alzaba como un oscuro presagio de lo que estaba por venir. Esos fueron los primeros 492 millones de euros que Catalunya dejó de ingresar por culpa del coronavirus.
A partir de ahí, han ido cayendo del calendario una gran cantidad de congresos y eventos como el Gran Premio de España de Fórmula 1 en el Circuit de Barcelona-Catalunya en Montmeló (con fecha futura todavía por concretar), que genera un impacto de163 millones de euros y 3.000 puestos de trabajo. También está en el aire el Gran Premio de Catalunya de MotoGP, programado para el 7 de junio.
En principio se tiene que celebrar, pero en caso de no disputarse, el impacto negativo ascendería a 97 millones de euros. Asimismo, a principios del mes pasado, Fira de Barcelona trasladó a septiembre Alimentaria, y sus más de 200 millones de euros de impacto económico.
También se suspendió la diada de Sant Jordi, que pretende celebrarse antes de las vacaciones de verano. Según la Cámara del Libro, está en juego la tercera parte de la facturación del año, unos 22,16 millones de euros. Sin alejarse del sector cultural, las distintas entidades representantes de colectivos como los músicos, los promotores y representantes y actores y actrices pusieron cifras estimadas al impacto del coronavirus. Respectivamente, las pérdidas ascenderían a más de 5 millones, 6,8 millones y 3,2 millones de euros.
Todos los sectores están afectados. El de la planta viva podría perder más de 125 millones al quedarse sin su temporada alta, la primavera, y los agricultores de calçots, forzados a detener en seco la temporada, que esperaban que fuera histórica, calculan una pérdida de hasta 500.000 euros, según la IGP Calçot de Valls.
Desde el sector turístico advierten de que se podrían perder seis millones de turistas hasta el verano, y desde la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos cifran en 73 millones el impacto de las cancelaciones de reservas en Cataluña, sobre todo por la Semana Santa perdida. A todo esto habrá que sumar las pérdidas que registrarán la agricultura y la pesca, así como la hostelería y hotelería, con la persiana bajada por orden gubernamental.
Asimismo, la Generalitat prevé un gasto sanitario de 1.800 millones para hacer frente a la pandemia, y afirma que el estado de alarma ha obligado a cerrar al 54% del comercio, que supone una facturación de cerca de 20.000 millones al año.
Según Pimec, las pymes y autónomos catalanes -que suponen un 95% del tejido productivo- dejarán de ingresar 46.800 millones de euros con un confinamiento de un mes. Precisamente, la Cámara de Comercio de Barcelona estima que, durando un mes, el impacto sobre el PIB catalán puede alcanzar los 10.450 millones de euros.
Desplome laboral
Además de los Ertes presentados en Cataluña, están los de ámbito estatal que también afectan a trabajadores catalanes. La Generalitat cifra en más de 500 millones, que paga el Gobierno español, las prestaciones de desempleo en marzo en Cataluña con la suma de los Ertes a los parados habituales. Con todo, los Erte no se contabilizan en los registros oficiales del paro de marzo, que subió en 21.883 personas respecto al mes anterior (+5,52%), situando el número total de desempleados en Cataluña en 417.047.
El sindicato UGT en Cataluña apunta, además, que muchas empresas están dejando desprotegidos a los trabajadores fijos discontinuos -comunes sobre todo en el sector turístico-, ya que, dicen, "muchas empresas no los están incluyendo" en los Erte.
Por otro lado, según datos ofrecidos por el sindicato tras decretarse la suspensión de todas las actividades no esenciales el 30 de marzo, el 32% de los empleados en la región se verá obligado a quedarse en casa por no ocupar puestos esenciales.
Así, la medida afectará a 1.116.289 personas, contando a los autónomos, y a 894.294 si no se cuentan los trabajadores por cuenta propia. Aunque UGT admite que algunos están teletrabajando y otros podrán hacerlo, la gran mayoría ha seguido acudiendo a su puesto de trabajo, incluso tras la entrada en vigor del estado de alarma.
La patronal Foment del Treball considera el paro casi total desacertado y poco riguroso, e insiste en la urgencia de inyectar liquidez a las empresas con una moratoria fiscal de tres meses.
Reconversión
Como contrapunto positivo, pese a la caída casi total de actividad económica, más de 1.100 empresas catalanas -muchas con Erte presentados para su actividad habitual- han reorientando sus líneas de producción para ayudar a fabricar material sanitario para combatir el nuevo coronavirus.
Un ejemplo es Seat, que ha fabricado un respirador con el motor del limpiaparabrisas del León. Del total, unas 500 ya están acreditadas para la fabricación de material sanitario.
Más información en la revista Catalunya