El fundador de Panaria, Antonio J. Pérez, ha tomado el control de la cadena de hamburgueserías premium The Black Turtle donde ya era consejero delegado y pasa a ocupar la presidencia del grupo valenciano. Con la operación, de importe confidencial y conocida en la jerga financiera como management buyout (MBO), Antonio J. Pérez amplía su participación al 70% y da salida a la sociedad de inversión valenciana Atitlan, liderada por Roberto Centeno y Aritza Rodero. De esta manera, el fundador de Panaria controlará el 100% del capital junto a un grupo de inversores particulares de primer nivel que desembarcan en la cadena con el 30% del capital.
Atitlan ha sellado la desinversión tras el cierre de un ejercicio extraordinario en su participada en 2022, el primer año natural completo sin restricciones desde la entrada en el segmento burger premium. La compañía ha superado sus previsiones, tanto en ventas como en beneficios, y prevé continuar su senda de crecimiento con locales propios y franquiciados. En concreto, cerró el pasado ejercicio con 6 millones de euros de ventas netas en sus locales propios, lo que supone un crecimiento del 60 % respecto a 2021. En cuanto a las ventas totales, crecieron un 88% hasta sumar 10 millones de euros.
Viejos 'aliados'
La relación entre Atitlan, la firma impulsada por el yerno de Juan Roig, y el fundador de Panaria viene de lejos. El fondo colaboró con el empresario valenciano en la compra de The Black Turtle en 2019, su primera incursión en el negocio de la hostelería. Además, fichó al fundador de Panaria como asesor y consejero externo del grupo inversor valenciano. Previamente, Pérez lideró hasta 2017 como consejero delegado y vicepresidente después el grupo multimarca Compañía del Trópico, surgido en 2014 de la integración bajo una misma estructura de Panaria y la histórica cadena de cafeterías Café & Té, tras la compra de ambas por el fondo de inversión estadounidense HIG.
Durante los últimos años Atitlan ha impulsado la expansión nacional de la cadena de hamburgueserías de origen valenciano fuera de esta comunidad (Asturias, Castilla-La Mancha, Madrid y Murcia) y que actualmente se encuentra potenciando su entrada en Madrid con una nueva ubicación.
The Black Turtle ha impulsado también cambios hacia la sostenibilidad desde la llegada de Pérez a la dirección. Por ejemplo, ha desterrado el uso de plásticos en los locales además de implementar un programa de eficiencia energética para paliar la huella de CO2.
Atitlan sigue muy activa también en el sector de renovables con Atitlan Helios, su firma de inversión en energía fotovoltaica, y en el mundo del deporte, donde el año pasado compró el fabricante e instalador valenciano de pistas de pádel Galis World. El grupo inversor cerró el ejercicio 2021 con una cifra global de activos de más de 600 millones de euros, con un incremento de más de 100 millones de euros frente al año anterior gracias a la incorporación de nuevas compañías a su cartera, y un ebitda de 27 millones de euros.
