La extensa documentación recabada por el excomisario Villarejo para BBVA en 2004 y 2005 apunta a que el hoy presidente de honor de la entidad, Francisco González (FG), ayudó a su amigo Manuel Pizarro "a organizar parte de la captación de recursos para la financiación del PP a partir de 1992". En los papeles, el exinspector de la Policía -en la actualidad en prisión preventiva por supuestas actividades irregulares- relata que este trabajo lo hizo a través de "un entramado de bancos y sociedades".
En aquella época, González era propietario de una agencia de valores, que vendió en 1996, poco antes de que la formación liderada entonces por José María Aznar llegara a La Moncloa y le nombrara primer ejecutivo del banco público Argentaria, germen de lo que es en la actualidad BBVA.
En uno de los anexos del programa de control establecido por Villarejo para tumbar la operación de asalto de Sacyr, el exespía detalla cómo había trasladado al grupo financiero de manera verbal que la constructora estaba indagando estas actividades de FG, entre otras cuestiones. Hay que recordar que en enero de 2005 los aliados de Sacyr presuntamente maniobraron para que la Fiscalía Anticorrupción investigara la venta de la sociedad de valores de González a Merrill Lynch. Toda la información sobre esta transacción estaba depositada, precisamente, en la sede de Deloitte ubicada en la Torre Windsor, que se destruyó en febrero de ese año como consecuencia de un incendio.
Los informes redactados por la empresa de Villarejo reflejan también que el entramado utilizado por el banquero y "su amigo Pizarro" habría servido para realizar pagos particulares a políticos o sus empresas, como a Rodrigo Rato a través de su firma Muinmo.
El excomisario apunta a la "responsabilidad personal" de González en la aprobación de esta estructura societaria, que se vehiculaba, a su juicio, mediante cuentas corrientes en el extranjero para llevar a cabo estos pagos y, también, para sufragar "sobornos" a los políticos y conseguidores.
El excomisario consiguió, presuntamente, todos estos datos gracias a los seguimientos y escuchas ilegales a los responsables de Sacyr y sus socios en la operación de asalto al banco y que supuso también el pinchazo masivo de comunicaciones telefónicas a destacados políticos, entre ellos, de la exvicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y del exjefe de la Oficina Económica de La Moncloa, Miguel Sebastián.
Pizarro, en 1992, era agente de cambio y bolsa como González, puesto desde el que saltó al mundo de las finanzas y de la empresa hasta 2008, cuando se afilió al PP, formación por la que llegó a ser diputado del Congreso. El presidente de honor de BBVA nunca participó en política, aunque en diciembre de 2011 quiso que el Gobierno de Mariano Rajoy le nombrara ministro de Economía, pero éste se decantó por Luis de Guindos, a día de hoy, vicepresidente del BCE.
Actividades de bolsa
La información que trasladó Villarejo al banco durante la guerra con Sacyr también incluye otra serie de indagaciones de la constructora relacionadas con González, como los contactos y estructuras fiduciarias de confianza que tenía constituidas para "canalizar cobros y pagos de determinadas operaciones relacionadas con sus actividades de bolsa a partir de 1989. Los documentos indican, en este sentido, que "según parece, puede tener intereses en Bank Julius Baer y British Bank of Middle East".
El excomisario de policía añade que, "igualmente", podría tener intereses con HSBC Republic Bank, HSBC Investment y Fund Managment España, y que habría mantenido conversaciones con Peter Boyle y Stuart Haussman.
Villarejo, que no aporta detalles sobre los trabajos que estaba desarrollando Sacyr para atacar a González y conseguir su objetivo de controlar BBVA, sí hace mención a que la constructora estaría indagando en un "entramado de inversiones inmobiliarias, Sicavs y estructuras de ingeniería contable para canalizar efectivos propios de opacidad fiscal", relacionados con las instrumentales patrimoniales, tanto de González como de Pizarro. En concreto, Villarejo hace alusión a Belegar, la sociedad con la que el banquero invierte su dinero, tanto en el banco como en otra serie de firmas, y Probento, una empresa del que fuera presidente de Endesa.
Cerco judicial
Todas estas anotaciones forman parte de la documentación que está en manos de la Audiencia Nacional, que investiga el caso de los contratos de BBVA con Villarejo desde la pasada primavera y por la que ya tiene abiertas dos piezas separadas. La causa ha recibido en las últimas semanas las primeras denuncias de personas afectadas por las supuestas escuchas ilegales y seguimiento por posibles delitos contra la intimidad.
Tanto el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, como los exdirectivos de BBVA, José Domingo de Ampuero y Vicente Benedito, así como el exjefe de la Oficina Económica de La Moncloa y posterior ministro de Industria, Miguel Sebastián, han denunciado al banco, al exinspector y a los exresponsable de estas prácticas irregulares.
No se descarta que otros afectados tomen la misma decisión próximamente, como por ejemplo, el exvicepresidente de la CNMV, Carlos Arenillas, que se plantea iniciar acciones judiciales, aunque antes está buscando el amparo de la institución del mercado de valores y del Banco de España.
Una imputación de González forzaría a BBVA a destituirle de su cargo de honor. El banco le otorgó esta distinción en diciembre para premiarle por su labor de presidente ejecutivo durante dos decenios. La entidad, hasta la fecha, defiende la actuación del que fuera su principal estandarte, a la espera de la culminación del análisis interno que ha puesto en marcha para adoptar cualquier decisión.
No descarta, incluso, llevar a los tribunales a Francisco González, en el caso de que encontrara algún tipo de indicio de delito, pero a día de hoy esto no ha sucedido.