
CaixaBank abandona Repsol. El consejo de administración de la entidad financiera acaba de cerrar la venta de un 4,61% del capital social de la petrolera por cerca de 1.300 millones de euros mediante la liquidación de dos equity swaps y ha decidido lanzar un plan de ventas para desprenderse del restante 4,75% antes de finalizar el primer trimestre del año 2019. Las ventas se limitarán diariamente a un máximo del 15% del volumen negociado en el día.
Con esta operación, la entidad que dirige Gonzalo Gortázar ingresará del orden de 2.558 millones de euros a los precios de cotización actuales. Con la entrada en vigor de la IFRS9 y de acuerdo con la política contable del grupo, las oscilaciones en la cotización de las inversiones financieras registradas bajo este epígrafe serán registradas en patrimonio (Otro Resultado Global) y no tendrán efecto en la cuenta de resultados, ya que la entidad logra liberar provisiones que le permitirán mejorar su ratio de consumo de capital del 15 y que pasará a cerca de 5.
La entidad financiera realiza esta venta en uno de los momentos más dulces para la petrolera. Repsol anunció un plan estratégico a 50 dólares por barril, mientras que los precios del crudo están en estos momentos en el entorno de los 80 dólares por barril. La acción de la compañía ha vuelto a unos niveles máximos alrededor de los 17 euros y los resultados financieros que está logrando trimestre tras trimestre se consideran récord (en el último trimestre el beneficio creció un 46%, hasta los 1.546 millones).
Los consejeros dominicales de CaixaBank en el Consejo de Administración de Repsol, Jordi Gual, presidente de CaixaBank, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado, han presentado su renuncia al cargo.
Mantendrá los objetivos
La entidad reitera que su actual objetivo de rentabilidad (RoTE) del 9-11% para el año 2018 se mantiene y estima que esta operación supondrá una pérdida latente extraordinaria neta de, aproximadamente, 450 millones de euros en la cuenta de resultados del tercer trimestre y, una vez concluido el proceso de venta, tendrá un impacto prácticamente neutral en la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded.
Con esta operación, Repsol y la entidad financiera abandonan 22 años de relación entre ambas empresas, ya que la caja está en la petrolera desde 1996.
CaixaBank realizó su primera venta importante en la petrolera en 2013 cuando puso en marcha una colocación de bonos canjeables por acciones de Repsol para cumplir holgadamente con los requisitos de Basilea III. La entidad que presidía entonces Isidro Fainé tenía en aquellos momentos una participación directa del 12% en la petrolera y pretendía ingresar 620 millones de euros, equivalentes a una participación del 2,5%.
CaixaBank mantuvo entonces la opción de entregar en la fecha de vencimiento el correspondiente número de acciones de Repsol, efectivo o una combinación de ambos con la intención de poder ejecutar la participación al cabo de tres, una opción que finalmente no se adoptó. Previamente, la entidad ya estuvo dispuesta a desprenderse de su participación y vendérsela a la rusa Lukoil.
Seguirá en Telefónica
CaixaBank mantendrá su participación en Telefónica, pese a su nivel de cotización, ya que considera que la operadora se adapta mejor a su plan estratégico y a los procesos de digitalización del sector financiero. Además, la entidad quiere centrarse en sus negocios básicos tal y como reclama el BCE.
Ahora Repsol tiene una nueva vida similar a la del resto de petroleras europeas sin un núcleo duro accionarial, aunque Sacyr y Temasek seguirán presentes. El fondo de Singapur ha reducido su participación al 2,97% del capital de la petrolera, pero fuentes financieras indican que sus planes pasan por mantenerse en la misma.
La petrolera que preside Antonio Brufau abre así una nueva etapa. La compañía está a punto de cerrar el acuerdo de compra de Viesgo, lo que le permitirá entrar en el negocio de la electricidad y reforzarse en el del gas para convertirse en un duro competidor de Naturgy, donde sí mantiene una participación a través del holding financiero Criteria.
Repsol cerró un gran contrato de compra de gas licuado a largo plazo para ir sustituyendo a Naturgy. La petrolera firmó, tal y como adelantó elEconomista, un acuerdo con Venture Global LNG para el suministro de un millón de toneladas anuales de gas natural licuado durante 20 años en un contrato valorado en 4.000 millones. Repsol se desprendió de Naturgy como primer paso de esta ruptura y se deshizo de su participación y ahora ha llegado el momento de la segunda vuelta al realizarse esta venta.