
El Banco de España revoluciona su estructura con un rediseño de diferentes direcciones generales y una profunda reorganización del departamento de Economía encabezado por Ángel Gavilán, que formuló su dimisión al día siguiente de presentar el informe anual de la institución relativo a 2024. La nueva dirección general que lideraba Gavilán pasa de cuatro divisiones a dos macroáreas, que saldrán reforzadas con 90 profesionales adicionales.
Según fuentes de la institución, la plantilla aumentará en 55 personas con la reorganización y "se planifica" un aumento posterior de otras 35 personas, lo que la convertiría en una de las divisiones dentro del organismo con mayor crecimiento.
Las nuevas macrodivisiones serán: Análisis de la Economía Española, liderada por Enrique Moral, y Política Monetaria y Economía Internacional, con Javier Pérez al frente. Moral dirigía el área de Análisis de la Situación Económica, y Pérez Economía Internacional y Área euro, que desaparecen con tal denominación. De la dirección General de Economía también dependían y ahora se borran por completo del organigrama la unidad de Análisis Estructural y Estudios Microeconómicos, cuya jefatura estaba vacante; y Análisis Microfinanciero y Política Monetaria, que lideraba Roberto Blanco.
La drástica reconfiguración busca, según fuentes de la institución, potenciar su capacidad analítica y una alineación con los retos estratégicos del Banco de España con dos departamentos con mayores capacidades. El nuevo departamento de Política Monetaria y Economía Internacional pondrá foco en el análisis macroeconómico global, la política monetaria del área del euro y su interacción con otras políticas europeas y globales.

El de Análisis de la Economía Española se centrará a su vez en el estudio de la economía nacional, sus sectores y agentes, incorporando herramientas avanzadas de previsión y análisis microeconómico -comprende tanto la evolución macroeconómica, como el análisis micro y el seguimiento de datos de alta frecuencia-.
Según fuentes de la institución, la nueva estructura "permite una mayor especialización, transversalidad y eficiencia operativa", al tiempo que persigue fortalecer la capacidad del organismo para "contribuir de forma estratégica a la definición de la política monetaria del Eurosistema". Su intención es contar con una visión internacional más coherente para tener además una participación activa en foros y comités internacionales en temas de política monetaria y entorno económico global.
La dirección de Economía es una de las áreas más importantes de la institución y con mayor proyección por encargarse de los informes, donde tradicionalmente ha realizado análisis críticos con las políticas económicas de los gobiernos al frente a los que siempre trasladaba recomendaciones y solicitudes sobre cómo reconducir las vulnerabilidades económicas del país.
La salida de Ángel Gavilán se produjo después de tener que enmendar el último informe anual para, oficialmente, tener incluir el impacto de la guerra arancelaria de Donald Trump, pero también por las fuertes discrepancias sobre su redactado con Eva Valle y Mayte Ledo, directoras generales también del organismo, y de la máxima confianza del gobernador, José Luis Escrivá. En el informe se echó de menos, de hecho, los tradicionales análisis críticos al Ejecutivo en materias como el sistema de pensiones.
La reorganización permea más allá de esta unidad, con cambios de muy diferente calado. El nuevo esqueleto estrena algunas unidades o áreas, fusiona otras y apuesta, incluso, por la movilidad interna del personal para que adquieran una mayor formación y experiencia, con traslados de una división a otras. Para dar ejemplo de esta movilidad, la Comisión Ejecutiva aprobó el nombramiento de Galo Nuño como director general adjunto de Economía y Carlos Thomas de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución, es decir, intercambia sus funciones.
El rediseño, que se enmarca dentro del nuevo plan estratégico del Banco, afecta a prácticamente sus ocho direcciones generales, con diferente intensidad, y que el banco presentó este lunes internamente tras su aprobación por parte del Consejo Ejecutivo. A la plantilla justificó los cambios para contar con un organigrama más flexible, transversal y ágil, además de alinearlo con el plan estratégico, la transformación tecnológica y las nuevas necesidades.
Según se explicó internamente, la nueva Dirección General de Economía será el "anclaje" para las materias relacionadas con el análisis y la investigación económica financiera, tanto por su valor de cara a las reuniones de política monetaria como buscando una mayor integración de los futuros informes y análisis que se divulguen.
Con intención de buscar sinergias entre departamentos, el nuevo organigrama fusionada diferentes unidades en varias direcciones generales. Por ejemplo, en la Dirección General de Estrategia, Personas y Datos que lidera Mayte Ledo integra bajo una unidad Estrategia y Personas, antes escindida en dos áreas, y que dirigirá Julia Suárez, responsable de Estrategia hasta ahora. Otro ejemplo de fusiones serían las uniones apuntadas en la Dirección General de Economía.
Divisiones nuevas
En el nuevo esqueleto se incorporan otras divisiones nuevas como la unidad de Experimentación y Aplicación de Nuevas Tecnologías, cuya responsabilidad está aún vacante, y que se inserta en la Dirección General de Estrategia, Personas y Datos, o una unidad de Análisis e Inteligencia de Mercados, dirigida por Roberto Blanco, dentro de la Dirección General de Operaciones, Mercados y Sistemas de Pago.
La intención es que la nueva área de Experimentación y Aplicación de Nuevas Tecnologías esté vinculada a todas las direcciones generales, al estilo del modelo ensayado con el grupo de trabajo de Inteligencia Artificial.
Según trasladó internamente, el objetivo último es que las tecnologías se desarrollen de forma centralizada, pero su aplicación esté adaptada a cada división y área.