
El censo de accionistas de la gran banca se ha achicado un 6,5% desde que el euríbor tocó suelo, al animarse los inversores a aprovechar el buen momento bursátil que vive el sector con su vuelta a la rentabilidad para realizar plusvalías.
Solo Bankinter cuenta hoy con más accionistas que al cierre de 2021 (suma 3.723 o un 6,35%), pero el número global junto a Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell se desploma en 363.918 inversores, hasta los 5,35 millones, y se aleja de los 6 millones que llegaron a rozar antes de la crisis. El peor saldo relativo lo encaja CaixaBank (ve salir un 9,26% o 61.453 inversores por coincidir también en 2021 con los ajustes de la fusión con Bankia) y Santander en términos absolutos: pierde 233.521, el 5,93%.
La base accionarial de la banca bascula en contra del ciclo: en plena pandemia del Covid y con la prohibición al dividendo del Banco Central Europeo (BCE), las entidades ensancharon su censo con la distribución masiva de títulos para compensar el escuálido pay out.
La ulterior efervescencia bursátil alienta la recogida de beneficios al calor, desde julio de 2022, de una política monetaria que ha hecho volar casi un 50% el margen financiero de las entidades en España y rozar el 14% de rentabilidad (Bankinter supera el 18% y BBVA alcanza el 17%).
La situación juega a favor del inversor además porque la demanda de crédito se ha hundido por la vertical escalada del euríbor y la banca, que no puede utilizar la solvencia que generan unos beneficios casi en máximos, prepara nuevas mejoras en la remuneración al inversor vía dividendos y otros programas de recompras de acciones.
A futuro, los expertos auguran que el margen deje de ensancharse porque el euríbor está cerca de su techo y el BCE debería corregir los tipos cuando doblegue la inflación. Las entidades esperan mejorar entonces las cuentas con la vuelta al crecimiento del negocio y que el parqué refleje sus números. Salvo Bankinter, cotizan por debajo del valor en libros.
La reconstrucción de la banca
La historia más reciente del sector bancario en bolsa no es una historia de crecimiento, sino de constante reconstrucción. Por el momento, los bancos españoles siguen tratando de rehacer lo perdido a raíz de la crisis de Lehman Brothers –solo Caixa y Bankinter cotizan en niveles anteriores a la crisis mundial–, aunque durante estos años se han tenido que enfrentar a otros eventos que han roto lo que llevaban arreglado.
La pandemia del Covid-19 fue la última reedificación de valor a la que la banca tuvo que hacer frente. Desde el conocido como San Pfizer –el 9 de noviembre, con la aparición de la primera vacuna contra la enfermedad, que fue el punto de inflexión en las bolsas– el Ibex 35 Banks –que agrupa a las entidades bancarias del índice español– recobra un 145% de su valor.
La subida de tipos que inició el Banco Central Europeo el 21 de julio de 2022 añadió un impulso durante este tiempo con el que la banca nacional ha logrado reconstruirse más rápido. Desde aquella fecha, el Ibex 35 Banks alcanza una revalorización del 51% –solo este año avanza un 21,5%–.
Banco Sabadell y BBVA conquistan las mayores revalorizaciones desde aquella fecha, ambas con ganancias que rozan el 82%. Cabe destacar que tanto la entidad catalana como la vasca agrupan este ejercicio las mayores ganancias del Ibex 35 -tras las de Rovi- con alzas anuales del 34,4% y el 32,8%.
Pero estas subidas en bolsa aún no han acabado y, apoyadas por la perspectiva de ver los tipos en el nivel actual -el más alto desde 2001- durante más tiempo del esperado, el consenso de analistas que recoge Bloomberg aún estima para ambas firmas atractivos potenciales: del 22% y el 39% respectivamente, pudiendo alcanzar BBVA los 9,28 euros por acción y Sabadell los 1,62 euros.
Por sus beneficios para el próximo ejercicio se pagan, además, atractivos multiplicadores, de 5,3 y 5,8 veces respectivamente. Todo ello, ofreciendo además dividendos en 2024 con elevadas rentabilidades: del 8,2% BBVA y del 9,4% Sabadell.
Su negocio más internacional es el que ha provocado que Santander avance la mitad que BBVA y Sabadell en el mismo tiempo. La entidad encabezada por Ana Botín se revaloriza desde el pasado 21 de julio de 2022 un 41%, solo en este ejercicio lo hace un 24%.
No obstante, los expertos siguen esperando que la entidad financiera vuelva a marcar todo un récord de beneficio neto en este 2023, superando por primera vez en su historia la cota de los 10.000 millones de euros y siendo la líder indiscutible del beneficio neto del Ibex.
Estas ganancias mantendrán esta cota también el siguiente ejercicio y por ellas se paga un PER (veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) de 5 veces, el más bajo del sector español. La retribución a sus accionistas el próximo ejercicio renta actualmente un 5,5%. Los analistas fijan para sus títulos un precio objetivo de 4,82 euros por acción que ofrecen un potencial de revalorización del 39%.
Algo más tímidas -en comparación con las fuertes subidas del resto- han sido las alzas de CaixaBank y Bankinter desde la primera subida de tipos del BCE, del 33% y el 22% respectivamente. La entidad naranja, de hecho, sufre en este ejercicio los números rojos en bolsa, con un retroceso de algo más del 5%. Su potencial, sin embargo, escala hasta el 37% hasta los 8,12 euros, que los expertos fijan de valoración.
Las caídas este año dejan a su dividendo con una rentabilidad de casi el 8% para 2024 y a sus beneficios comprándose a un múltiplo de 6,4 veces. Por su parte, CaixaBank presenta un recorrido alcista del 37% hasta los 5,23 euros por acción. Sus ganancias en 2024 se pagan a un PER de 6,2 veces y su retribución es la que ofrece el rendimiento más alto del sector, un 9,6% en 2024.