Banca y finanzas

Unicaja baraja prorrogar a Menéndez para no precipitar la elección de CEO

  • La Fundación plantearía la propuesta al consejo para ganar tiempo en el proceso
Manuel Menéndez, CEO de Unicaja Banco, y Manuel Azuaga, presidente.

Los cambios en la cúpula de Unicaja pueden enfrentar todavía alguna sorpresa. En la Fundación se baraja proponer al consejo del banco que prorrogue el mandato del consejero delegado Manuel Menéndez, quien acordó la dimisión en junio en medio de la lucha de poder desatada en la entidad, para facilitar un relevo sosegado y sin precipitaciones para un cargo de tanta transcendencia.

El planteamiento alteraría la hoja de ruta inicial de designar a un sustituto antes del próximo lunes, según explican a elEconomista.es fuentes cercanas al accionariado.

La idea se ha colado a contrarreloj en el proceso de remodelación del consejo, cuando Unicaja ha recompuesto en su integridad el máximo órgano de administración y quedaría por despejar quien asume la posición de Menéndez, además de las funciones específicas del presidente Manuel Azuaga (de 74 años de edad y cuyo mandato expira en 2025).

El pacto de fusión entre Liberbank y Unicaja fijaba que, en el plazo de dos años desde la operación, es decir, antes del 30 de julio de 2023, el banco tenía que modificar el modelo de gobernanza para despojar al presidente de funciones ejecutivas y revaluar a Menéndez, consejero delegado en la entidad fusionada originario de Liberbank.

Sin embargo, las guerras internas hicieron estallar una insólita crisis de gobernanza en el seno de la entidad que provocó una desbandada en su consejo de administración y acabó en junio pasado con el pacto de cese de Menéndez, que iba a continuar de forma interina hasta que se complete la sustitución.

Para recomponer el consejo, buscar a un nuevo consejero delegado y redistribuir las funciones de los dos principales directivos, Unicaja fichó al headhunter Spencer Stuart y habría presentado ya una lista de candidatos con nombres de la casa y externos, que son los que prefiere el Banco Central Europeo (BCE).

Entre los directivos en la terna, el que suena con más fuerza Isidro Rubiales, mano derecha de Azuaga. Otros nombres que han salido vinculados con el proceso es el de Pablo González, actual director general de finanzas (CFO) de Unicaja; José María de la Vega, director general de recursos humanos y talento, y Jesús Ruano, director financiero. Fuera de la entidad, se ha colado el nombre del José Sevilla, exconsejero delegado de Bankia, y la idea de que la firma de cazatalentos habría explorado más banqueros externos.

Al BCE no le convence designar a un directivo muy próximo a Azuaga por el potencial conflicto de intereses cuando quiere que el presidente no ejecutivo y el consejero delegado ejerzan de contrapoder. La idea de ganar tiempo alargando la permanencia de Menéndez iría en línea con no apresurar el nombramiento cuando hay diferentes sensibilidades.

La designación del primer ejecutivo exige el acuerdo de dos tercios del consejo, una condición que invita a que exista casi plena unanimidad en los apoyos para el seleccionado frente a la predilección existente desde una parte del banco de situar en el puesto a un hombre de la casa que lidere una etapa de transición y mientras otra parte se inclina por un banquero externo como exige el organismo supervisor.

Recomposición del consejo

En el propio seno del consejo, la lucha de poder debería haberse resuelto o sofocado con la reciente recomposición. En las últimas semanas el banco ha fichado en calidad de independientes a Antonio Carrascosa, ex director general del Frob; a Rocío Fernández Funcia, quien ocupa un cargo análogo en los consejos de Cofides y Avanza Previsión, a Nuria Aliño Pérez, alta directiva en el Banco Mundial, y a Inés Guzmán Arrue, que ha desarrollado su carrera profesional en la consultora Accenture durante 25 años en diferentes puestos de responsabilidad.

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