LA OPINIÓN DEL EXPERTO | JOAN CABRERO
Hay fechas que se graban a fuego en la memoria colectiva. En Estados Unidos, el 4 de julio no es solo un día, es un símbolo. El de la independencia, el patriotismo, la autosuficiencia. Y también, en el cine, el de los sueños rotos. Lo retrataba Tom Cruise en Nacido el 4 de Julio, esa película en la que un joven idealista descubre que detrás del brillo de las banderas y los desfiles se esconde una realidad mucho más cruda. Algo parecido está empezando a percibirse en Wall Street.