La economía de China se enfrenta a una desaceleración marcada del crecimiento. Los factores que están restando potencia al motor del 'gigante asiático' son de sobra conocidos: una demografía desfavorable, la caída del sector inmobiliario y el elevado endeudamiento, entre otros. Sin embargo, las cifras que ofrece Pekín de forma oficial no terminan de parecer del todo fidedignas, sobre todo cuando se comparan con datos alternativos o con historias reales que aparecen en medios o en las redes sociales. Un buen ejemplo es el del sector inmobiliario, donde los datos oficiales hablan de un aterrizaje relativamente suave de la vivienda, pero otros indicadores revelan un aterrizaje bastante más brusco.
