Editorial
La primera semana transcurrida tras el brutal atentado de Hamás en Israel termina con crecientes incertidumbres en todos los ámbitos, y la economía no es el menor de ellos. En el inicio del conflicto, los mercados lo afrontaron con notable calma, limitando los descensos a sectores como el turismo y el transporte. Pocos después, el incremento del 4% que experimentó la cotización del petróleo mina esa confianza y vuelve a recordar que toda inestabilidad desatada en Oriente Próximo tiene un impacto directo en el crudo.