El presente 2022 se presentó en enero como el año de la recuperación económica global tras el Covid. Pero el inicio en febrero de la guerra en Ucrania diluyó estas buenas perspectivas al impulsar y perpetuar un incremento de la inflación, ya iniciado en 2021, que ha obligado a los bancos centrales a realizar agresivas subidas de tipos de interés, que pasarán factura al crecimiento.
