Editorial
El BCE terminó ayer su reunión más esperada del año. Sólo la superó en expectación el encuentro de marzo en el que anunció el inicio del primer programa masivo de compra de activos (QE, según la terminología inglesa) de su historia. Precisamente, los mercados esperaban ayer que la institución hablara de un refuerzo contundente de ese QE, pero lo presentado son ajustes técnicos. Las adquisiciones se verán ampliadas en plazo, hasta marzo de 2017 (frente al límite original de septiembre de 2016) y en rango de activos; no en vano el BCE extiende las compras de deuda pública a bonos regionales y municipales.