Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Los ojos del mundo están totalmente fijos en Donald Trump y sus aranceles. Sin embargo, mientras todos los focos se los lleva el comercio, hay otro frente que podría desatar la volatilidad en cuestión de horas: Irán. Este fin de semana los países se reúnen para negociar un acuerdo nuclear cargado de tensión. El mismo Trump ha dicho este miércoles que si no hay avances está dispuesto a poner fin al programa nuclear persa a través de una invasión directa. Preguntado al respecto de la opción, el republicano mencionó que "si es necesario, absolutamente (invadiremos el país), si se requiere intervención militar la tendremos, no podemos permitir que Irán tenga un arma nuclear".

Bajo la inmensidad azul del Golfo de México (rebautizado como Golfo de América), donde el horizonte se funde con la industria petrolera offshore y los vientos marinos acarician unas plataformas que no paran de sacar crudo, EEUU ha descubierto que hay mucho más petróleo del que se creía. Según un nuevo informe del Departamento de Interior, este hallazgo podría incrementar significativamente las reservas de crudo de esta zona, lo que no solo potencia la seguridad energética nacional, sino que refuerza la ambición de Washington de mantener su estatus de potencia energética global y mayor productor de petróleo del mundo. Con esta nueva evaluación, las reservas probadas de EEUU podrían rozar la cifra mágica de los 50.000 millones de barriles de crudo.

En un contexto de creciente incertidumbre global y desinflación persistente (al menos en Europa), el Banco Central Europeo (BCE) se prepara para recortar los tipos de interés en 25 puntos básicos en su reunión de política monetaria del 17 de abril, lo que dejaría la tasa de depósito en un 2,25%. Sería la séptima bajada del precio del dinero desde el verano del año pasado y la sexta consecutiva. Con la inflación por fin controlada y en camino hacia el 2%, ahora el banco central centra su atención en los aranceles, la presumible desaceleración de la economía y la creciente incertidumbre. En medio de todos estos nubarrones, el euro parece hacerse fuerte, mientras que el petróleo no para de caer. Estos dos factores combinados podrían ayudar a llevar los precios hacia el nivel deseado, al mismo tiempo que allana el terreno a la bajada de tipos del banco central. Tanto es así que, aunque se antoja una hipótesis improbable, algunos analistas redoblan la apuesta y señalan a un posible recorte jumbo de 50 puntos básicos el jueves.

Si la mayor potencia económica del mundo (y tu principal cliente) te pone aranceles gigantescos y tú respondes devolviéndole el golpe, es porque tienes un plan que sabes que te puede hacer ganar la partida. China debe creer que puede salir victoriosa de la guerra comercial en toda regla que ha iniciado EEUU por orden de su presidente Donald Trump. A Pekín no le está temblando el pulso a la hora de responder a los aranceles de EEUU pese a que el 'gigante asiático' vende cada año mercancías más de 400.000 millones de dólares al 'gigante americano'. China, gane o no gane la guerra, tiene herramientas y resortes suficientes para hacer daño a la economía de EEUU... y a la del resto del mundo como víctima colateral. La cuestión es hasta dónde están dispuestos a llegar en Pekín para ganar una guerra comercial.

El dólar está cayendo con una intensidad inusitada. En la jornada de este viernes ya se deja más de un 1% frente al euro y toca mínimos no vistos desde principios de 2022. El que fuera activo refugio durante las grandes turbulencias parece haberse convertido en un activo de riesgo. En una sola semana, el 'billete verde' acumula caídas que superan el 3,9% frente al euro. Se trata de la mayor caída desde marzo y, para ver correcciones tan agresivas hay que irse ya a la semana de la pandemia y el confinamiento o los peores momentos de la crisis financiera durante 2009 y 2009. Aquí, la divisa única es la otra cara de la moneda. El euro, para sorpresa de analistas e inversores, parece haberse convertido en una suerte de activo refugio para todos aquellos inversores que huyen de las turbulencias y la incertidumbre generada por la errática política de Donald Trump.

En el corazón del Golfo Pérsico, a unos 135 kilómetros de la riquísima ciudad de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), reposa silenciosamente uno de los mayores tesoros energéticos del planeta: el yacimiento de Upper Zakum. Descubierto en 1963, cuando el pozo ZK-1 reveló el secreto enterrado en un suave anticlinal (pliegue de la corteza terrestre) con dirección este-oeste, Upper Zakum es hoy uno de los campos petroleros más grandes del mundo, con más de 50.000 millones de barriles inicialmente "in situ", de los cuales se espera recuperar un 40% (unos 20.000 millones) y que muy pronto podrá producir tanto crudo o más como para cubrir la demanda de España entera, un país con más de 49 millones de habitantes.

En los bulliciosos mercados de Europa, donde la tradición y las nuevas corrientes provenientes de todas partes del mundo generan un bonito mosaico (productos europeos, chinos, americanos...), se cierne una sombra de inquietud. Las recientes políticas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump han desatado una tormenta en el comercio global que va a generar grandes desvíos de mercancías. En esencia, China va a tener serios problemas para vender a EEUU los cientos de miles de millones que exportaba en bienes. ¿Y cuál es la economía en el mundo que se parece más en tamaño, riqueza, patrones de consumo, etc. a la americana? Blanco y en botella: Europa. El Viejo Continente teme ser el próximo puerto donde 'encallen' miles de buques chinos rebosantes de mercancías a precios de derribo.

Los precios del petróleo no tienen respiro y están cayendo hasta un 5% este jueves, llegando a tocar los 62 dólares por barril en el caso del Brent. Este movimiento contrasta con las fuertes subidas de las bolsas europeas, que desde la apertura han registrado alzas de calado en todas las plazas del Viejo Continente. Entonces, ¿por qué cae tanto el petróleo en medio de la fiesta bursátil? La razón es sencilla: los dos mayores consumidores del mundo (EEUU y China) se enfrentan en una lucha comercial que puede terminar siendo una 'pelea a vida o muerte', en términos económicos y comerciales. Este conflicto arancelario amenaza el crecimiento de China (mayor importador de crudo del mundo) y de EEUU (el mayor consumidor de petróleo del mundo). El temor a una profundización de la guerra comercial entre ambas potencias y una posible recesión están eclipsando el alivio previo generado por el anuncio del presidente Donald Trump sobre una pausa de 90 días en la imposición de aranceles contra la mayoría de los países.

Nuevo giro de vuelta en los mercados. Hasta ayer, la situación era la siguiente: dólar, deuda y acciones americanas caían al unísono. El dinero estaba huyendo en estampida de EEUU, generando una situación casi sin precedentes en la historia reciente. Pese a las turbulencias en los mercados y la creciente aversión al riesgo, el dólar y el bono a 10 años de EEUU se habían convertido en víctimas de este miedo en lugar de refugio para guardar el dinero hasta que amaine. Aunque todavía era pronto, ya había quien hablaba de fuga de capitales, desdolarización y un cambio de orden mundial que podría llegar antes de lo que se esperaba. Todo esto, para colmo, era el resultado, precisamente, de unas políticas que, en principio, buscaban retrasar al máximo este fin de la 'era USA' como eje dominante de la economía mundial. La guerra arancelaria y la errática política de Donald Trump están adelantando el principio del fin del dominio de la todavía mayor economía del mundo y de sus activos.

Como si el mundo financiero despertase de un largo hechizo, el dólar (símbolo del poder económico estadounidense durante casi un siglo) empieza a mostrar fisuras que antes parecían impensables. En las últimas jornadas, los inversores han sido testigos de una desbandada histórica estos días pasados (hoy jueves parece que las acciones suben tras el anuncio de una pausa arancelaria): se desplomaron las acciones, se hundieron los bonos del Tesoro y el billete verde ha perdido terreno, incluso frente a monedas que hace unos meses parecían condenadas al letargo. Hasta con la pausa en los aranceles de 90 días (excepto a China), el dólar no repunta. Algo se ha roto de forma clara.