Director del Departamento de Empresas de Deutsche Bank
Tribuna

Cuando era un niño, en los setenta, la mayoría de las compras de mi familia se concentraban en el barrio donde vivíamos. Mi madre y mi abuela compraban la comida en el mercado municipal y un ultramarinos. La mayoría de la ropa la comprábamos en un par de tiendas que no estaban muy lejos, y los juguetes en la esquina de la calle de al lado. En ocasiones especiales íbamos al centro de la ciudad, a unos grandes almacenes, pero poco más. Resumiendo, la mayoría del consumo familiar se compraba en tres calles a la redonda.

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