La presencia de la reina Sofía este lunes en Torrejón de Ardoz para cumplir con su agenda institucional en pleno escándalo ha sido una muestra de fortaleza, dignidad y resiliencia. La madre de Felipe VI, siempre tan profesional, ha cumplido una vez más con sus obligaciones a pesar de las circunstancias en una puesta en escena aprobada y medida por Casa Real que, una vez más, nos recuerda quién sigue formando parte de las actividades oficiales de Zarzuela y quién no. Sin embargo, el gesto firme y casi desafiante de la emérita ha contrastado con otros detalles que no han pasado desapercibidos y que han elevado la preocupación sobre su verdadero estado de salud.