Al rey emérito se le atribuyen estos días posteriores al anuncio de la publicación de sus memorias y de sus fotos con Bárbara Rey reacciones y hasta frases que él no ha pronunciado. Se mezclan mentiras con medias verdades en algunos medios. Pero lo cierto es que Juan Carlos I vive estos días en Sanxenxo jornadas intensas en el mar, con la regata que se disputa en la localidad gallega hasta el fin de semana. Son días precedidos por el escándalo de sus fotos de besando a la vedette en la época en la que el antiguo monarca mantenía una relación extramatrimonial con la actriz, difundidas primero por la revista holandesa Privé y recogidas por televisiones y todos tipo de medios. Han sido días de emociones, tanto a nivel deportivo, con el Bribón como ganador de distintas pruebas, como a nivel familiar, con la sorprendente reunión entre el emérito, los reyes Felipe y Letizia y la princesa Leonor, cerca de la Escuela Naval de Marín. Una cita fuera del calendario oficial que ha sido interpretada por unos como un apoyo de los reyes a don Juan Carlos, por el daño que le haya provocado la publicación de los fotos con la madre de Ángel Cristo. Aunque otros van más allá y especulan con que don Felipe podría haberle pedido a su padre que retrase o anule la publicación de Reconciliación, las memorias que el rey le habría dictado a Laurence Debray, la periodista francesa amiga del antiguo jefe del Estado, autora de un documental y dos libros sobre Su Majestad, que ha visitado a menudo al emérito en Abu Dabi.
Este martes, don Juan Carlos no ha salido a la mar. La cola del huracán Isaac, que todavía azotaba la costa gallega, aconsejaba que a sus 86 años permaneciera en tierra, aunque desde su entorno aseguran a Informalia que está cansado por todo el trajín de pasar cada día en el mar compitiendo, pero muy bien de salud, con excepción de sus problemas de movilidad.
Estos días le acompañan su hija Cristina, su hermana doña Margarita, su marido el doctor Carlos Zurita y su hija María, una de las sobrinas muy queridas de don Juan Carlos. Todos ellos se alojan en un hotel, mientras el emérito sigue en casa de su amigo y anfitrión Pedro Campos. Nos cuentan desde Sanxenxo que las supuestas reacciones del Emérito a la publicación de las polémicas fotografías tomadas hace 30 años son "inventadas" y que el Rey no ha hecho la más mínima referencia al asunto. Lo que sí nos adelantan es que a Sanxenxo podría llegar uno de estos días la misma Laurence Debray y otro invitado sorprendente: Philip Adkins, primer marido de Corinna Larsen, amigo de don Juan Carlos, con el que comparte su pasión por la caza y el mar.
Adkins fue quien acompañaba en 2012 a Corinna y Juan Carlos I en aquella cacería en Bostwana, que provocó mucho más que la rotura de cadera del marido de doña Sofía: una crisis de dimensiones imprevisibles en la monarquía. Don Juan Carlos tuvo que pedir perdón y dejar paso como rey a su hijo Felipe VI, cuando siempre había afirmado que se moriría con la corona puesta. Philip Adkins apoyó abiertamente al rey de España en aquel lamentable episodio, contradiciendo la versión de Corinna, según la cual, la caída del rey se había producido tras una noche de fiesta. "Lo que dice es totalmente falso. Ella es una mujer inestable y peligrosa", declaraba Adkins. "Fue un accidente terrible. Estar en un sitio en el que no sabes exactamente dónde está la cabina o la altura de la cama te desorienta", aseguraba a Vanity Fair el mismísimo ex marido de la amante habladora de Juan Carlos I.
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