Aún es pronto para medir los daños colaterales de las fotos de Juan Carlos I y Bárbara Rey besándose. La repercusión internacional del reportaje de la revista holandesa Privé, facilitado por el hijo de la vedette, Ángel Cristo Jr, se encuentra a medio camino y puede llegar mucho más lejos. Aseguran que la actriz murciana custodia más material de sus encuentros con el entonces jefe del Estado. Cintas de audio y de vídeo en diferentes localizaciones que aún no han visto la luz. Esto va para largo. De momento, el ex jefe del Estado ha recibido el apoyo de su hija la infanta Cristina, que se trasladó este lunes 30 a Sanxenxo (Pontevedra) para verlo, según publican los medios locales, entre ellos El Diario de Pontevedra.
Este episodio le ha dado de lleno a Juan Carlos I. Pese a que su deteriorada imagen pública y su reputación ya están amortizadas, estas fotos han caído como un polvorín en la relación que mantenía con su hijo. Una relación marcada durante los últimos años por la distancia y condicionada por el cortafuegos que impuso don Felipe con su padre para que se marchara de España en 2020, saliera de la escena pública, le dejara hacer su trabajo y cesara el daño reputacional que su figura causaba a la institución.
Después de años de distancia y de autoexpatriación en Abu Dabi, padre e hijo habían comenzado a acercarse, a mostrar, incluso, afecto en público. La primera vez, en enero de 2023, en el funeral de Constantino de Grecia. Ahora, ese camino de tender puentes se ha parado en seco. A las fotos de Bárbara se ha unido el anuncio de las memorias del emérito, Reconciliación, escritas por su amiga la periodista francesa Laurence Debray. ¿Cómo perimetrar el año que estos dos episodios han causado en su relación con Felipe VI?
Para empezar, hubo una reunión de padre e hijo este viernes 27 en Marín. Un encuentro al que también asistieron Letizia y Leonor. Fue una reunión "breve" y "familiar", según informaron desde la Casa. El monarca aprovechó para trasladarle su malestar por las últimas informaciones relacionadas con su persona y cómo estas afectan de forman negativa a la corona. Las fotografías con Bárbara Rey y las memorias han enfriado la relación entre padre e hijo que se había normalizado en los últimos meses. Y esto se tiene que ver también con los deseos del emérito de regresar a España. Pero no de visita, como viene haciendo hasta ahora, sino para quedarse. Así lo publica Monarquía Confidencial, que asegura que el emérito barajó Sanxenxo y alrededores para estar cerca de su querido entorno de amigos y por ser una zona tranquila. Parece que esos planes de mudanza tendrán que esperar, al menos hasta que se la tormenta escampe.
Este lunes 25 la infanta Cristina viajaba a Sanxenxo para ver a su padre. La ex duquesa de Palma ha visitado al emérito un día después de su viaje a Atenas, donde asistió a la celebración de la boda de su prima Teodora de Grecia.
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