Mantener una piscina limpia puede ser todo un reto. A nadie le gusta ver cómo el agua cristalina se convierte en un caldo de cultivo para bacterias y algas. El problema de muchos sistemas de filtración es que no siempre son eficientes, dejando pasar partículas pequeñas y requiriendo mantenimiento constante. La frustración de lidiar con estos sistemas ineficaces puede hacer que mantener la piscina sea más un trabajo pesado que un placer.