Opinión
30/04/2020, 20:10
Thu, 30 Apr 2020 20:10:20 +0200
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Hará un mes, leía una entrevista que hacían a un estudiante de 22 años residente en Wuhan, China. Chao, que era su nombre, mencionaba cómo el aburrimiento se había apoderado de él y que cuando saliera del confinamiento, lo primero que haría sería quedar con su novia e ir ambos a comer hamburguesas y pollo frito. Chao, no dijo pasear, visitar a sus familiares o ir al cine, dijo comer.