Politólogo y analista de relaciones internacionales. @mssipmann
La crisis migratoria, pieza clave de su plan

El objetivo del autoritario jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, es instaurar un sistema presidencial. Ha creado para consolidar su poder personal un ambiente nacionalista. Un escenario en que le resultaría más fácil ganar un referéndum que aprobara una enmienda constitucional en ese sentido.

Marcos Suárez Sipmann

Como es habitual en estas cumbres, la del G-7 en Japón ha tocado muchos asuntos candentes sin llegar a nada concreto. El cónclave que reunió a los líderes de EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia (más las autoridades de la Unión Europea) es el primero celebrado en Asia en los últimos ocho años.

FRANCIA

El gobierno socialista francés, cansado de las evasivas del Parlamento para aprobar la urgente reforma laboral, dijo basta y decidió ponerla en vigor por decreto. Es una medida permitida por la Constitución "en determinados casos de orden financiero". Ello ha motivado que las huelgas y protestas hayan vuelto a Francia. Nada nuevo. ¿O sí? Las grandes huelgas de la historia contemporánea francesa se desarrollaron bajo gobiernos conservadores. En estos momentos es la izquierda contra la izquierda.

Marcos Suárez Sipmann

Se agotan los calificativos para describir lo que acontece en Venezuela. La catástrofe económica, política y social es absoluta. La pregunta es cómo se producirá el derrumbe final del régimen bolivariano.

Estado Islámico ansía un califato

En medio de la I Guerra Mundial, el 16 de mayo de 1916, Reino Unido y Francia sellaron el Acuerdo Sykes-Picot. Lo negociaron los diplomáticos Mark Sykes y François Georges-Picot. Se trataba de un pacto secreto que -contando con la derrota del Imperio Otomano, aliado de Alemania y Austria-Hungría- preveía la división de buena parte de los despojos. Se querían evitar enfrentamientos entre potencias europeas a la hora de repartir el botín en zonas de control e influencia británicas y galas.

Opinión | Marcos Suárez Sipmann

De forma transitoria el destino de Brasil están en manos del gobierno de Michel Temer y su partido, el Movimiento Democrático de Brasil. Está en deuda con una sociedad civil harta del cáncer de la corrupción que busca eficacia y responsabilidad. El candidato socialdemócrata, Aécio Neves, recuerda que Temer solo conseguirá la legitimidad que no tiene en la medida en que consiga implentar las reformas que el país necesita con urgencia para salir de la crisis política, ética y económica. En este último aspecto deberá realizar el esencial ajuste, tanto fiscal como laboral, que el Partido de los Trabajadores se negó a hacer. No es de extrañar la lista de prioridades del presidente interino que con un cuarto de siglo de experiencia como diputado presidió, asimismo, el Parlamento en dos ocasiones: economía, economía y más economía. Cuenta como titular de Economía con Henrique Meirelles, jefe del banco central durante el mandato de Lula da Silva (2003-2010). Meirelles tiene a su favor la confianza depositada en él dentro y fuera de Brasil. Un respaldo que Temer no tiene: según un sondeo de opinión conducido por la encuestadora Datafolha en abril, el 58 por ciento de la población opinaba que debía ser suspendido de su puesto. Su futuro es, pues, complicado.