Luis Lara
En los últimos 20 años España se ha hecho un hueco privilegiado en el sector de la moda. Si los franceses e italianos marcan tendencia desde sus pasarelas y destacan por sus marcas de lujo, España lo hace por sus marcas de moda accesible -la fast fashion-, que cumple con gran rapidez lo que desea el consumidor global. El sector español de la moda es reconocido a nivel internacional gracias a nuestras marcas con tiendas en ubicaciones de primer nivel en ciudades como Nueva York, Londres, Milán, Dubai o Tokio, verdaderas embajadas comerciales de nuestro país. Sin embargo, cuando miramos la estructura del sector, hay algo que nos diferencia de franceses e italianos: la falta de más empresas de tamaño intermedio y grande. En España, a pesar de contar con el líder mundial dentro del sector de moda como Inditex, sólo hay cuatro empresas que superan los 1.000 millones de euros de facturación. La mayor parte de las restantes están por debajo de los 100 millones. Nuestras empresas más fuertes generan un efecto halo positivo de partida sobre cualquier marca española que se propone vender a nivel internacional, pero claramente el reto del sector es impulsar el crecimiento para conseguir un mayor tamaño que posibilite tener mayor rentabilidad y una posición más fuerte en su mercado, tanto para las actuales grandes compañías como para el resto. En este contexto, podemos decir que hay un interés mutuo de las empresas de moda y los grupos inversores por trabajar juntos. Para las empresas, además de aportar el capital necesario para cada una de sus fases de crecimiento, la ventaja de los grupos inversores se encuentra en el conocimiento y la experiencia que tienen por haber ayudado a otras compañías a la hora de impulsar su crecimiento. Por otro lado, la disciplina que pueden imponer a la hora de seguir un plan estratégico e incluso las aportaciones de talento para el equipo gestor o la red de contactos a nivel mundial para aumentar la venta internacional son claves. Por su parte, para los fondos de private equity, el sector de la moda es muy atractivo por sus márgenes de beneficio, su capacidad de generación de caja y la posibilidad real de mejorar la eficiencia.