El año en que se abrió el restaurante Lhardy, acababa de nacer la música de zarzuela y faltaban once años para que se bailara el primer chotis, cinco para que estrenaran Don Juan Tenorio y doce para que arrancara un tren de Atocha. No existía el reloj de la Puerta del Sol, ni el Canal de Isabel II, ni el Teatro Real. Y mucho menos la Gran Vía, el Metro o "la catedral de Nuestra Señora de las Comunicaciones", que es como llamaron los castizos al edificio de Correos, que hoy es el Ayuntamiento. Quiere y no quiere decir todo ello que muchas de las cosas más permanentes de Madrid, como el propio Lhardy han ocurrido desde entonces.

En plena carretera de Ronda, junto a La Zagaleta, se alza restaurante Coto, sorpresa arquitectónica que celebra un nexo entre el paisaje andaluz y la cocina cosmopolita. En su entorno sereno y privilegiado, donde la brisa mediterránea acaricia alcornoques centenarios, Clive Rogers oficia un proyecto gastronómico con esencia y sustancia.

Fundada en el año 2000, Bodegas Vizar fue la primera de las dos únicas bodegas del Duero certificadas con la Denominación de Origen Protegida Vino de Pago por la Unión Europea. Sus raíces se remontan al siglo XIV, pero su presente combina artesanía y tecnología, un propósito que se expresa en tintos monovarietales o en coupages que exaltan la identidad del territorio y su singular microclima.

La cocina mexicana fue el primer fenómeno gastronómico del mundo proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ocurrió en 2010 debido a la "participación de la colectividad mexicana en toda la cadena alimentaria tradicional: desde la siembra y recogida de las cosechas hasta la preparación culinaria y la degustación de manjares singulares".

La comida ha dejado de ser solo sustento: es identidad, arte e ideología. El chef se convierte en autor, actor, líder mediático o escritor, además de arquitecto efímero de alimentos. Su restaurante, itinerarios y relaciones, personales o profesionales son el escenario donde ejerce de protagonista. La cocina de autor no es solo inspiración y técnica, sino un modo de decir "aquí estoy yo y esto es en lo que creo". Ahora se manifiesta mediante una iniciativa más progre aún: las viñetas del primer comic culinario.

Comenzó como una solución práctica para prolongar la vida útil de los alimentos y se ha convertido en una de las técnicas más versátiles y celebradas de la cocina actual. El escabeche, antaño humilde aliado doméstico contra el deterioro, vive un renacimiento que lo sitúa en el eje del debate gastronómico. De su papel como técnica de conservación ha pasado a encarnar creatividad, vanguardia y sofisticación.

En pleno corazón de Las Palmas de Gran Canaria, entre buganvillas, palmeras y jardines de ecos coloniales, se levanta un hotel que parece surgido de un cuento de viajes decimonónico. Se trata del Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, una joya arquitectónica histórica que desde 1890 ha sido faro del turismo de lujo en Canarias, testigo de épocas convulsas y punto de encuentro para viajeros ilustres, artistas, aristócratas, músicos, escritores, incluso miembros de la realeza.

La Real Academia de Gastronomía y KPMG han servido en bandeja un informe que revela el verdadero peso de la gastronomía en la economía española. Bajo el título La gastronomía española: impacto y tendencias de un ecosistema clave para la economía, el estudio desmenuza cifras jugosas: en 2023, el ecosistema gastronómico generó 374.575 millones de euros, lo que equivale al 27% del PIB. Además, sostuvo 7,2 millones de empleos, el 37% del total del mercado laboral. Sí, la cocina española no solo nos alimenta, también da de comer —y mucho— a la economía.