Desde aquí se encañonaba el litoral de las Rías Altas pendiente de las peripecias invasoras de Galicia. Los testimonios bélicos de aquello son aparatosos aún, pero solo curiosidades. Hace años que en el parque del Monte de San Pedro la naturaleza gobierna un paisaje al que se asoma la Torre de Hércules, el faro romano más antiguo del mundo. Los miradores fascinan en cualquier dirección, desde el nivel del mar trepa un ascensor esférico trasparente e incluso el reto de un laberinto de altos setos, muy bien trazado, te motiva.