Director del Instituto Juan de Mariana y profesor del Centro de Estudios OMMA
Juan Ramón Rallo

Hace tres años, Japón era la envidia económica del mundo. Su primer ministro, Shinzo Abe, anunciaba que iba a emprender un amplio programa de estímulo macroeconómico conocido como Abenomics: la mayor monetización de deuda pública jamás realizada por un banco central. En concreto, mientras que la Reserva Federal ha monetizado, en sus sucesivas operaciones de flexibilización cuantitativa, activos por un valor cercano a 20 puntos del PIB estadounidense, el Banco de Japón lo ha hecho en más de 35.

Juan Ramón Rallo

Es absolutamente falaz que toda sociedad necesite de un Estado: dentro de una misma sociedad pueden coexistir múltiples Estados en competencia y, asimismo, un solo Estado podría regir sobre diversas sociedades inconexas. 

Juan Ramón Rallo

Según publicaba recientemente el Financial Times, los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se reunieron con representantes de diversas entidades financieras días antes de que adoptaran decisiones claves en materia de política monetaria.

Juan Ramón Rallo

Si de algo se felicitó Mariano Rajoy en su reciente entrevista en TVE fue de haber salvado el Estado de Bienestar, es decir, de haber subido salvajemente los impuestos para evitar recortar mucho más el gasto público. No contento con ello, el presidente del Gobierno también lamentó no haber podido construir más carreteras y líneas de ferrocarril durante esta legislatura: debe de ser que, a su juicio, España apenas ha sido fustigada con obra pública durante la última década. Y, por si fuera poco, el líder del PP también defendió sin ambages el papel (adoctrinador) de las televisiones públicas.

Juan Ramón Rallo

Dinamarca es en muchos sentidos un país envidiable: su renta per cápita es un 30% superior a la española, goza de pleno empleo, la percepción social de la corrupción es la más baja del planeta y sus ciudadanos figuran en casi todos rankings entre los más felices del mundo. Acaso por todo ello, se haya convertido en el espejo en el que todos los partidos españoles quieren mirarse. Incluso en EEUU, el candidato demócrata Bernie Sanders ha exhortado a copiar el modelo danés. Ahora bien, mucho me temo que existe una percepción errónea bastante generalizada sobre cuál es el modelo danés: la mayoría de personas opta por centrarse en las partes del sistema aparentemente atractivas (cuánto recibo del Estado) olvidándose de los costes asociados que posibilitan las primeras. Baste echarle una ojeada a tres importantes aspectos del marco institucional de Dinamarca: su mercado laboral, su sistema tributario y su sistema de pensiones.

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