Como Phileas Fogg
Mal negocio hicieron en 2008 Ian Plimer y Sir Alan Rudge cuando, imbuidos del ardor del debate, aceptaron apostar 1.000 libras esterlinas cada uno a que el año 2015 sería más frío que el corriente. Su confianza exultante en que el cambio climático es un invento de un puñado de políticos progresistas les había enfrentado en una conferencia en Cambridge con un economista experto en clima, Chris Hope.