Miembro del Consejo Editorial de elEconomista
Fernando P. Méndez

El Sr. Torra no se cansa de repetir que sus objetivos son: la implementación del mandato democrático del 1-O y la restauración de los daños producidos por la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña.

Fernando P. Méndez

Decía A. Oppenheimer que la "obsesión con el pasado" es un fenómeno característico de Iberoamérica y también de España. Yo matizaría que más que de obsesión con el pasado deberíamos hablar de recurso a una memoria selectiva del mismo para justificar posiciones políticas en el presente. Y, no solo eso, parece que buscamos en nuestro pasado colectivo una explicación que nos convierta en víctimas inocentes de la parte que no nos gusta del mismo, y que, al propio tiempo, no nos impida sentirnos legítimos herederos de la que consideramos su parte más gloriosa.

Fernando P. Méndez

A estas alturas, creo que nadie duda de que el señor Puigdemont no quiere referéndum: quiere, sencillamente, la secesión, incluso contra la voluntad de los ciudadanos catalanes, la cual debería respetar (no debe olvidarse que, en las últimas elecciones autonómicas, la mayoría no votó por opciones secesionistas y que en su programa no figuraba el referéndum, sino la independencia). La mascarada del pasado domingo es, sencillamente, una coartada para, cual chamán, generar una percepción colectiva de estar acudiendo a una celebración democrática que legitime sus designios. No ha habido tal: ni la Comisión de Venecia validó el proyecto de referéndum, ni la Comisión Europea ni los principales Estados de la UE le conceden la menor homologación democrática. Ni la participación ni el recuento ofrecen la menor fiabilidad. Cuestión distinta, e importante, es que el 1-O, al igual que otras manifestaciones anteriores, haya puesto de manifiesto que la independencia, en cuanto tal o como muestra de protesta contra determinadas políticas, concita un apoyo amplio, aunque no mayoritario. En realidad, estamos ante un ravage solo apto para creyentes , la inmensa mayoría de ellos ciudadanos de buena fe, con derecho, por lo demás, a ser secesionistas.

Fernando P. Méndez

Como afirma el consenso de los estudiosos sobre el fenómeno nacional, las naciones y los estados no son fenómenos naturales y eternos. Primero, surgen los nacionalistas y, si tienen éxito, construyen naciones que, finalmente, acaban reclamando un Estado. "Ya hemos creado Italia -dijo Mazzini-. Ahora hemos de crear a los italianos". Ello no quiere decir que, antes de la unificación, no hubiera italianos, es decir, un número significativo de ciudadanos que desearan una Italia unificada, pues, sin ellos, la unificación no hubiera sido posible.

Fernando P. Méndez

Cada ser humano es único y pluridimensional. Una de las características de todo nacionalismo sin Estado "propio", sin embargo, es que prioriza la consecución de su Estado como la dimensión determinante de sus miembros, por encima de todas las demás, tanto públicas como privadas.

Fernando P. Méndez

Tenemos, no sé si aún, el sistema de préstamos hipotecarios más eficiente, pues el diferencial del tipo de interés en relación a la inflación, es el menor de la UE (véase la web de la European Mortgage Federation). Como ya señaló North, el nivel de los tipos de interés mide la calidad institucional y ésta, a su vez, es la clave del crecimiento así como el andamio sobre el que descansa el edificio de la civilización. Parece, sin embargo, que, desde hace tiempo, nos hemos empeñado en destruirlo, al menos en el crucial ámbito hipotecario.

Fernando P. Méndez

Ciudadanos obtuvo el mismo número de votos que ha perdido el Partido Popular en relación a las elecciones de 2011, con el añadido de que, por efecto de la Ley D'Hont, si hubieran ido al mismo partido, éste habría obtenido diez escaños más que la suma de los obtenidos por ambos, y se habría quedado a solo tres escaños de la mayoría absoluta.El traspaso de votos del PP a Ciudadanos se explica porque el electorado, si bien ha comprendido y aceptado la necesidad de los ajustes, discrepa de algunas de las políticas elegidas por el Gobierno.

Fernando P. Méndez

En la vida en general y, especialmente, en las circunstancias difíciles, es preciso mantener la conciencia de los fundamentos sin los que no podríamos sobrevivir. Lo mismo sucede en la vida política. Y es sobre uno de estos fundamentos de la convivencia sobre lo que pretendo compartir unas reflexiones, a la vista de lo que dos grupos parlamentarios pretenden que apruebe el Parlamento de Cataluña.

Fernando P. Méndez

La lógica fatal del secesionismo conlleva que, gane quien gane, todos perdemos. El día después una parte importante de la sociedad catalana se sentiría profundamente frustrada. Inoculada la fatal lógica secesionista desde las más altas instancias políticas catalanas tardaremos lustros, si no décadas, en cicatrizar la fractura humana abierta.