Corresponsal en Londres
El Gobierno británico espera mantener el calendario

El Gobierno británico mantiene su beligerancia ante la decisión judicial que otorga la potestad para activar el Brexit al Parlamento, una cámara en la que la mayoría apoyaba la continuidad. Tras haber recurrido ante el Tribunal Supremo, Theresa May dijo este lunes ser "clara" en sus expectativas de mantener el calendario que preveía invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa a finales de marzo de 2017.

Efectos del 'brexit'

El gobernador del Banco de Inglaterra (BoE, en sus siglas en inglés) se ha convertido en una de las inesperadas víctimas colaterales del fallo judicial que delega la activación de brexit sobre el Parlamento. Apenas días después de que Mark Carney despejase la incógnita sobre una continuidad que, finalmente, ha supeditado a la completación del divorcio de la Unión Europea, el Alto Tribunal británico imponía un serio interrogante sobre el calendario previsto por el Gobierno y, por extensión, sobre el retorno del banquero canadiense al otro lado del charco.

Sobre todo entre la banca

El compás de espera impuesto por el Gobierno británico sobre la travesía de salida de la Unión Europea comienza a hastiar a los negocios, tanto que no están dispuestos a esperar siquiera a que Theresa May invoque el ya famoso artículo 50 del Tratado de Lisboa para estudiar una relocalización en el continente. El riesgo de fuga había sido uno de los argumentos dominantes antes del referéndum y, según trascendió la semana pasada, constituía una amenaza compartida por entonces por la primera ministra vigente.

Efectos del brexit

Theresa May ha superado los primeros 100 días de gracia en el Gobierno con severas divisiones en torno al modelo que conducirá a Reino Unido a la salida de la Unión Europea y un delicado balance sobre la potestad que está dispuesta a dar al Parlamento para un proceso sin precedentes. Si la primera ministra albergaba alguna duda sobre el alcance del reto, ha quedado disipada tras comprobar que mantener la disciplina interna será tan complicado como satisfacer a un bloque dispuesto a hacer pagar a los británicos por la ofensa infligida al proyecto comunitario el 23 de junio.

Rechazarlo no detendría la salida

El Gobierno empieza a comprender la necesidad de evitar una imagen de quien ignora al Parlamento y, tras haber mantenido inicialmente que el Brexit competía exclusivamente al Ejecutivo, empieza a relajar su obstinación para implicar a Westminster en un proceso que determinará el futuro de la democracia más antigua del planeta.

Negociaciones en la UE

Theresa May se lleva de su presentación en el Consejo Europeo una valiosa lección para el Brexit: sus todavía socios no hablan exclusivamente para la galería. Los líderes comunitarios habían advertido de que no negociarían hasta que Reino Unido activase oficialmente la salida y este jueves, en la cena de trabajo celebrada por los todavía Veintiocho, ésta fue relegada a la ronda de los cafés.

El IPC marcó un 1% en septiembre

La inflación británica ha comenzado a experimentar una inquietante tendencia al alza para una plaza en vísperas de probar su resiliencia económica con su salida de la Unión Europea. En septiembre, el IPC se elevó al 1%, un porcentaje inédito en las islas desde noviembre de 2014. La subida es dramática en relación a agosto, cuando el índice fue de un 0,6%, el mayor incremento intermensual desde junio de 2014.

Debate interno en el Reino Unido

El Gobierno británico comienza a notar la presión de afrontar la travesía de salida de la Unión Europea sin hoja de ruta y sin billete de vuelta. A punto de cumplir los 100 primeros días de gracia, las excusas para ganar tiempo ya no convencen en casa, ni en el continente, ni mucho menos en unos mercados que han sesgado el valor de los activos del país de la manera más inmediata: vendiendo una libra que este año ha sufrido una devaluación mayor que el peso argentino.

Efectos del brexit

La 'premier' británica Theresa May cumple tres meses en el número 10 de Downing Street en plena ronda de reuniones iniciada en julio para recabar apoyos ante el intrincado proceso de separar a Reino Unido de una Unión Europea a la que se había incorporado hace más de 40 años. La flexibilidad de los líderes comunitarios será fundamental para un país que no ha decidido siquiera a qué formula aspira una vez fuera del bloque, pero el verdadero reto para las negociaciones está en casa.