La decisión de Reino Unido de romper con Bruselas ha generado un complicado rompecabezas sobre el modelo de relación con la gran víctima colateral del Brexit, el único vecino con el que el futuro ex miembro de la UE comparte frontera terrestre: Irlanda. Ambos se habían unido al proyecto comunitario el mismo día, por lo que no existe precedente de que un país perteneciese a la UE y el otro no. Con una historia común de siglos de animosidad, problemas compartidos con el terrorismo del IRA y, crucialmente, la simbiosis facilitada por cuatro décadas de pertenencia al bloque, ambos territorios nunca habían estado más unidos que hasta el pasado 23 de junio.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha reconocido los esfuerzos de la industria financiera continental por reforzar su capitalización. Los test de estrés correspondientes a 2016 les otorgan un 9,4 por ciento de capital en el escenario adverso planteado a tres años, lo que confirma la tendencia al alza de la solvencia desde que este proceso comenzase en 2011, si bien la banca española quedaría por debajo de la media, con un 8,6 por ciento. BFA-Bankia, el más solvente, y Popular, el menos, según los test de estrés.

Reino Unido ha descubierto en China las ventajas de "no estar sujeto a las reglas" de la Unión Europea. Ante la inevitabilidad de un referéndum que podría restar 3.7 puntos de crecimiento el próximo año, el Gobierno comienza a vislumbrar las oportunidades de imponer sus propios arreglos comerciales y está dispuesto a dar un paso más en la sociedad estratégica que ya mantiene con el país asiático. Si ya a principios de mes la prensa local mantenía que el ministro de Comercio chino tenía interés en ofrecer un acuerdo de libre comercio al primer miembro en romper con el bloque comunitario, el titular del Tesoro británico ya se ha dejado querer.

Theresa May hizo frente este jueves en París al primer obstáculo de la travesía que llevará a Reino Unido a abandonar la UE. La flexibilidad que una jornada antes había encontrado en la canciller alemana dio paso al desafecto de un François Hollande que rechaza el margen garantizado por Angela Merkel para que los británicos decidan el modelo al que aspiran antes de iniciar formalmente el divorcio.