No me gusta "meterme en charcos", porque te pueden salpicar. Pero la situación que estamos viviendo, lamentable desde un punto de vista humano, de la salud, económico y psicológico, me han llevado a escribir este artículo sin "tapujos".
No me gusta "meterme en charcos", porque te pueden salpicar. Pero la situación que estamos viviendo, lamentable desde un punto de vista humano, de la salud, económico y psicológico, me han llevado a escribir este artículo sin "tapujos".
¿A qué están jugando los políticos? ¿No son conscientes de la realidad en la que nos encontramos?Los signos de alarma o desaceleración, ya no son simples elucubraciones de unos cuantos agoreros; sino que son una evidencia que comienza a materializarse en nuestro país.
El caos político que nos rodea, porque no podemos definirlo de otra forma, se hace insostenible. La falta de voluntad de acuerdo y el ego tan acentuado de algunos nos llevará a celebrar nuevas elecciones -cuatro en menos de cuatro años-.
La deuda viva de los Entes Locales (EELL) tiende a reducirse en los últimos tiempos, observándose, según datos del Banco de España, una minoración porcentual desde un 8,69 por ciento en el periodo 2016/2015 hasta el 10,97 por ciento entre el 2018 y 2017. Es un dato alentador, que refleja una vez más el compromiso que la Administración Local tiene con la normativa presupuestaria y que pivota sobre el artículo 135 de la Constitución Española. Los EELL han de progresar en el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, y han de saber enfrentarse a los principales problemas que nos invaden, tales como el envejecimiento poblacional, el despoblamiento rural o la inmigración.
Mientras unos se entretienen en destrozar la legalidad vigente, otros seguimos empeñados en avanzar en construir un marco jurídico ordenado y coherente que nos permita mejorar la vida de los españoles.