¿Qué opinaríamos si un día, hablando con un amigo nos dijera que hay un colectivo cuyas condiciones laborales han empeorado en los diez últimos años porque tienen más trabajo y reciben menos dinero y apoyo para resolver sus proyectos? Menos equipamiento, personal e incluso menos recursos para comprar el material básico necesario. ¿Y si nos dijeran que, aún así, su productividad no ha dejado de incrementarse y es incluso muy destacable? Pues seguramente empezaríamos a pensar que la pregunta tiene truco o que nos estamos perdiendo algo. O bien, podríamos pensar que nos están hablando de los investigadores de las universidades españolas.